Cuando canta la Sibila llega la Navidad
Amadeu Carbó explica el origen de la pieza mozárabe más popular de la Navidad y las modificaciones que ha tenido a lo largo de los años

El Canto de la Sibila es una pieza de origen medieval que profetiza el fin del mundo. La canción se basa en una melodía de origen mozárabe y tiene unos versos atribuidos a Anselm Turmeda, escritor mallorquín del siglo XIV que tradujo al catalán el Judicii Signum (libro del Juicio Final), en el que se basa la composición.
El ritual se repite año tras año, en la noche de Navidad, en varias iglesias de Mallorca, del Principado, de Alghero y Valencia. Normalmente lo protagoniza un niño o una mujer, vestido de Sibila, una adivinadora del mundo pagano, que con túnica, manto de seda y espada en mano, interpreta a capella el inconfundible e impresionante melodía profetizando la venida del mesías y un terrible fin del mundo.
El canto de la Sibila pero viene de muy lejos, y parece que su área de influencia geográfica fue muy grande en la Europa medieval. Es probable que su aparición fuera consecuencia de los miedos que la gente tenía en la llegada del año 1000. Los testimonios escritos más antiguos que conocemos datan de finales del siglo X como el que se conserva en la Catedral de Córdoba o el de San Marcial de Limoges.
Durante el siglo X se extiende el Canto por las sedes catalanas. Primero en latín ya lo largo del siglo XIII irá sustituyendo esta lengua por lengua vulgar. En 1229 con la conquista de Mallorca el Canto de la Sibila llega a la isla. En el Archivo Diocesano de Mallorca se conserva un códice con el texto de la Sibila musicado en gregoriano. La Melodía es anterior al siglo XV y proviene del códice del Siglo XI.
En el siglo XVI, el Canto de la Sibila, en el Principado y la mayoría de territorios donde se representaba, desapareció debido a las disposiciones del Concilio de Trento. En Mallorca la cosa no fue así y el canto ha perdurado hasta hoy como también ha pasado a Alguer y en la ciudad portuguesa de Braga.
El interés que despertó la Sibila en los folkloristas del XIX provocó que se hiciera la transcripción de las versiones conocidas en ese momento, fijando las melodías que nos han llegado hasta hoy y que han sido utilizadas en los procesos de recuperación del Canto de diversos lugares. Ahora fuera de Mallorca y de Alguer podemos escucharlo en varias iglesias de Barcelona, Ontinyent, Terrassa, Vic, Puigcerdà, y en Gandia, entre otros.
Volviendo a Mallorca, hoy el Canto de la Sibila forma parte del patrimonio cultural, una manera de entender la Navidad en la isla, un patrimonio vivo y que con la declaración del UNESCO ha dimensionado a la universalidad. La melodía sibiera y el texto salvaje del canto es la señal inequívoca de que llega la Navidad.