Cristianos y musulmanes colaboran en la reconstrucción de Mosul
La UNESCO lidera un proyecto para reconstruir la ciudad que el ISIS destruyó en 2014 y que el papa Francisco visitará el 7 de marzo

«Revivir el espíritu de Mosul». Con esta premisa se hace realidad el proyecto, encabezado por la UNESCO, para reconstruir la ciudad que el ISIS destruyó en 2014 y que el Francisco visitará el 7 de marzo. Así lo explica el reportaje de Rome Reports de esta semana que ha hablado con el coordinador adjunto de la UNESCO, Omar Taqa.
Según explica Taqa: «uno de los objetivos del proyecto se refleja en el mismo nombre de la iniciativa:» revivir el espíritu de Mosul ». Este objetivo no sólo tiene un sentido arquitectónico, sino que también se propone favorecer las relaciones de las personas que habitan en el territorio. «No sólo reconstruyendo los edificios, sino también apoyando a la comunidad que el ISIS intentó destruir», expone.
Un proyecto colaborativo
La iniciativa comenzó en 2019, en colaboración con el gobierno iraquí y los Emiratos Árabes Unidos. Como fruto de esta colaboración, contempla la rehabilitación de importantes edificaciones, entre ellas la mezquita de Al Nouri, el minarete de Al Hadba, la iglesia sirio-católica de Al Taher y la iglesia latina de Al Saa’a.
Es por ello, todo un proceso minucioso que incluye la retirada de escombros, el establecimiento de seguridad, evaluación de la estabilidad de las estructuras y la documentación de las piezas originales. Como ejemplo, destaca el equipo que trabaja en la mezquita de Al-Nouri. Allí se recogieron más de 40.000 ladrillos, unas 5.600 toneladas de escombros y unos 20 artefactos explosivos improvisados.
El coordinador de la UNESCO explica que «la mayor parte de los artefactos explosivos fueron colocados dentro de los muros. El ISIS sacó el yeso, sacó la piedra del muro de la mezquita, escavaron unos 50 centímetros para colocar los artefactos explosivos improvisados, y volvieron a poner la piedra y el yeso. Así nadie sabría si hay una bomba o no».
Trabajo de equipo
El proyecto ha atraído a muchos de los antiguos habitantes, musulmanes y cristianos que convivían hasta que el ISIS los expulsó. Sin embargo, tal como explica el representante de la UNESCO, «durante años vivieron en paz, por eso animan a la gente a trabajar en este proyecto». Esto facilita la convivencia entre religiones, que se unen por un proyecto común.
«Por ejemplo, – continúa Taqa- muchos musulmanes trabajan en las iglesias y también hay cristianos que trabajan en la mezquita».
Más de 400 personas han sido contratadas para trabajar en las diferentes obras. Es un esfuerzo para crear oportunidades de empleo y volver un buen ritmo de vida en la comunidad local.
Mediante el trabajo en equipo y la experiencia de ingenieros, arqueólogos y arquitectos, las mezquitas y las iglesias deberían estar terminadas en 2023. Cada ladrillo colocado representa un granito para que reviva el espíritu de Mosul.