Card. Omella: «Estamos llamados a ser luz y esperanza en medio del mundo»
Los religiosos y religiosas del archidiócesis de Barcelona celebran la Jornada Mundial de la Vida Consagrada
Fotografías: Catedral de Barcelona
“Cada uno de vosotros sois una pequeña luz, y cuando os unís, sois capaces de iluminar toda una Catedral”. De esta forma el cardenal Joan Josep Omella se ha dirigido a los religiosos y religiosas en la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Tal y como ha dicho, una llamada, a modo de «profecía del Señor”, que “llama a los consagrados y consagradas a vivir cada vez más la comunión dentro de la Iglesia».
Un año más, en la Candelaria, la fiesta de la presentación del Señor, la Catedral de Barcelona ha quedado iluminada de las candelas de los consagrados y consagradas de la archidiócesis, que ese día renuevan sus votos y hacen una ofrenda de la su vida a Dios, imitando a Jesucristo. Entre los asistentes a la celebración, destacaban el director del Secretariado para la Vida Consagrada de la Archidiócesis, Joan Josep Morè y el presidente de la Unión de Religiosos de Cataluña (URC), fray Eduard Rey. Ambos, han concelebrado junto al arzobispo de Barcelona, Card. Joan Josep Omella que presidía.
Felicidad, deseo de Dios
Al inicio de la celebración, el presidente de la URC ha dirigido unas palabras a los consagrados y consagradas, reflexionando sobre la felicidad, jugando con la frase, «La felicidad, el placer del sabio». Una felicidad «estable y honda (…) que se asienta en la voluntad y en el conocimiento», exponía. Dejando a un lado los inputs del mundo actual, como «libros de autoayuda», el provincial de los capuchinos, ha señalado a los religiosos y religiosas la fuente de esta felicidad. «Nosotros queremos vivir a fondo la experiencia cristiana, la experiencia de una felicidad y una sabiduría que nosotros mismos no nos podemos dar». “Entendemos de deseos más que nadie, porque sabemos quién es el único que puede saciarlos. Y mientras caminamos hacia nuestro encuentro con Él, al presentimiento de su felicidad le damos el nombre de esperanza”.
Fray Eduard Rey ha subrayado, como máxima felicidad, «el deseo de esta sabiduría que llamamos Dios… que nunca se consumirá». Haciendo referencia al lema de este año, «Caminando en la esperanza», el presidente de la URC ha animado a que esta jornada «empuje a seguir caminando con esperanza y siendo testimonios».
Omella: “¡Gracias!”
En el momento de la homilía, el cardenal Omella ha agradecido la labor y la entrega de los consagrados y consagradas a la archidiócesis de Barcelona. “Gracias por el trabajo que hace, por la entrega generosa, por la oración, por su consagración y por su esperanza y alegría”. Ha insistido en la idea de comunión entre religiosos y religiosas, recordando que es así, «unidos podemos hacer la transformación del mundo», tal y como han hecho éstos a lo largo de la historia, destacaba.
Este carácter transformador que precede a los religiosos y religiosas, lo ha pedido el Cardenal para hacer frente al contexto que rodea a Europa, tanto en el ámbito político, social, así como con la guerra y todo el dolor que comporta. Lleno de convicción, Omella ha exhortado a andar adelante. “¡Pasemos a la otra orilla!” – ha exclamado citando el título de un libro que ejemplificaba para sacudir a los asistentes-. “Pasemos con esperanza en la otra orilla y preguntémonos: ¿Qué quiere el Señor de nosotros?”.
Claves para “pasar a la otra orilla” con esperanza
Con esta pregunta, el cardenal Omella ha respondido a las claves para ser capaces hoy de “pasar a la otra orilla”: «desear la Santidad» con una «vida testimonial que viene de Dios»; dar «testigo de la fraternidad», combatiendo el individualismo; «dejar las críticas y dar la cara con tacto y caridad»; ante la diferencia entre carismas y congregaciones, ver “complementariedad, comprensión y valor”; y «mirar adelante, proyectando el futuro con esperanza».
Por último, ha exhortado a «vibrar y unirse con la Iglesia» con la alegría que debe caracterizar y ejemplificar la vida religiosa. “Recordad – decía- hemos sido llamados para ser luz y esperanza en medio del mundo”.