Matilde de Hackeborn (1241-1298) fue una de representantes de la mística renana. Perteneciente a una familia aristocrática del centro de Alemania, cuando tenía siete años fue enviada a un monasterio cisterciense de Suiza, donde recibió la mejor educación de la época. Más tarde, la comunidad se trasladó a la localidad alemana de Helfta, donde el monasterio conoció un gran esplendor.

La joven Matilde pronto destacó en la vida espiritual e intelectual, siendo nombrada maestra de novicias y directora del coro. La santa cisterciense fue especialmente conocida por sus visiones místicas, que recogió en el llamado “Libro de la Gracia Especial”. Su espiritualidad marcó fuertemente a toda la comunidad, de la que durante muchos años salieron varias autoras místicas.

Si en noviembre truena, el frío arrecia.