Identidad y pertenencia religiosa múltiple

En el mundo en el que vivimos, donde la pluralidad cultural y religiosa se hace presente doquier, algunos cristianos, pocos, afirman sentirse profundamente cristianos, y a su misma vez, sentir que pertenecen a otra religión o corriente espiritual. No hablamos d cristianos poco formados, algunos de ellos son doctores en filosofía o teología, ni tampoco de persones inmersas en una crisis general de valores o poco comprometida, ya que viven una vida de fidelidad a su vocación de Servicio a la comunidad, dentro del sí de la Iglesia, como es el caso de Raimon Panikkar, el P.Henry le Saux y de otros. En todo, no siempre podemos explicarlo de forma razonada, ni están exentos de dudas.
La principal crítica que se les hace es la de ser relativistas, de afirmar que la verdad es relativa. En realidad, pero, lo que ellos admiten es que existe una verdad absoluta, aunque, por nuestras limitaciones, no la podemos llegar a conocer plenamente. La realidad es pluridimensional, como son plurales las persones, las sociedades y las culturas. Lo ideal no es la unidad total en una religión o verdad, ya que el mundo real es un mundo de variedad y de complejidad que no excluye la harmonía.
Un ejemplo de esta forma de pensar y vivir son los primeros cristianos que se sentían, a su vez, plenamente judíos y plenamente seguidores de Jesús. En los hechos de los apóstoles, podemos leer “cada día eran constante a asistir unánimemente al culto del tempo” (Ac 3,46a). Incluso después del concilio de Jerusalén vemos que los judíos seguidores de Cristo, siguen siendo fieles a sus tradiciones.
Las Conferencias episcopales de la Iglesia católica de Asia defienden las bases teológicas que apoyan a la presencia del Espíritu Santo fuera de la Iglesia. Esta presencia nos impulsa a los cristianos hacia el dialogo con las otras religiones y nos permite ver la voz del Espíritu dando testimonio de la maravillosa variedad de la auto revelación de Dios al hombre. Este pensamiento es deudor del pensamiento de Santo Ireneo, quien sugiere que Jesús y el Espíritu Santo son dos agentes personales diferentes, funcionan como las dos manos del Padre, y llevan a cabo un único plan de acción que es el Dios Padre; así es posible ver la acción salvadora de Dios en los pueblos antes de Cristo, como también en la actualidad en los pueblos no cristianos.
Obviamente, las soluciones a los problemas de identidad no son fáciles y por eso es necesario aceptar un cierto proceso de prueba y error, ya que los humanos no evolucionamos de forma absolutamente lineal. Es necesario aprender de nuestros errores pasados, tanto si son de acción como si son de omisión. Obviamente, no todas las iniciativas son exitosas, per las que lo son, tienen muchas veces una importancia caudal.
Como dice el Papa Francisco “Más que el miedo a equivocar-nos, espero que nos mueva el miedo a cerrarnos dentro de nuestras estructures… en las normes que nos transforman en jueces implacables.” En consecuencia, es necesario admitir las diferencias, no solo entre países de occidente y de oriente, sino también, por ejemplo, entre las gente que tiene formes de pensar más “modernas” o formas de pensar más “tradicionales”, vivan donde vivan.
Incluso, posiblemente la palabra solución no sea la más adecuada para abordar este tipo de conflictos de identidad y no nos tendría que asustar la palabra conflicto. Los conflictos son realidades cotidianas que es necesario atender buscando pactos que funcionen durante un tiempo. De hecho, un conflicto bien resuelto acaba siendo el cimiento de una Sociedad harmoniosa. Siempre habrá tensión positiva entre las diferentes creencias y religiones.
Finalmente, es necesario reconocer que estos retos nos obligan a un mayor ahondamiento en la propia fe, para que seamos capaces de argumentar las razones de nuestras creencias.