Xavier Loza: “Intentamos que los vecinos nos ayudemos unos a otros”

El nuevo director de la Fundación La Viña considera que la entidad debería organizar una red que ayude a familias con más necesidad a pagar facturas de la luz

La Fundación La Vinya, dentro de la acción social de los barrios de Bellvitge y El Gornal, ha creado un Banco de Luz: una red que busca cubrir el pago de los recibos de luz a las personas y familias que tienen más necesidad. El director de la Fundación, Xavier Loza, aclara que «el Banco de Luz nace de la creciente necesidad que hemos observado en el último año de personas que han venido a pedir ayuda para pagar alguna factura de la luz». Durante los últimos años están observando desde la Fundación que las dificultades para pagar los recibos de los que más problemas tienen para cubrir los derechos básicos siguen aumentando, por lo que han buscado la mejor manera de dar salida a estas demandas de ayuda.

La manera que tienen de proceder es que ante la solicitud de ayuda de las personas y familias a los trabajadores sociales de la Fundación, ellos buscan a las personas que tienen la voluntad de ayudar. Los que quieren colaborar con el Banco de Luz hacen un ingreso con la cantidad que les ha pedido la Fundación para cubrir el pago del recibo. Y todo ello de manera siempre anónima para respetar a aquellos que solicitan una ayuda.

En todo buscan servir y ayudar mejor

La Vinya es una fundación que se creó por iniciativa de las tres parroquias de Bellvitge y El Gornal tras observar la realidad de los barrios. Decidieron que para hacer un mejor servicio y ayudar mejor a los que peor lo pasan los barrios, debían sumar fuerzas. En 1998 crearon la entidad que unifica toda la acción social que cada parroquia estaba haciendo por separado. Trabajan muy centrados en estos dos barrios intentando mejorar su realidad social.

Trabajan básicamente y preferente de acción social dirigidas a las personas más necesitadas, pero no exclusivamente, porque buscan crear espacios en los que todos se puedan sentir en igualdad. Tienen servicios dirigidos a las personas mayores, personas con necesidades culturales, idiomáticas o académicas, personas que están en centros penitenciarios, o servicios para jóvenes y niños además de la ayuda fraterna con los dos bancos de alimentos. Todo esto es posible gracias a los 200 voluntarios que ofrecen su tiempo y sus servicios, sin perder las raíces de las parroquias desde las que nacieron cediendo sus espacios y permitiendo que la fundación pueda ayudar y servir mejor a todos los que tienen algún tipo de necesidad.

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