Visita misionera en Sudamérica
El Delegado de Misiones visita a los misioneros diocesanos, laicos y sacerdotes, que están establecidos en Bolivia y Chile
Tres semanas de suplencia del rector vecino me permitían viajar para visitar a los misioneros diocesanos, laicos y sacerdotes, que tenemos en Bolivia y Chile, en una cooperación entre las iglesias de aquellas tierras y las diócesis de Sant Feliu y Barcelona.
El camino seguido fue de Barcelona a Cochabamba y Calama. Yendo y volviendo en aviones y autobuses. Con una parada interesada en Copiapó, donde colaboré la última década del siglo pasado. Compartí dos días en la capital con en su obispo, presbíteros, diáconos, laicos y religiosas.
De la visita a la familia laical en Bolivia, de Ulldecona, puedo resaltar que se encuentra desde el pasado agosto en el pueblo andino de Tiraque, 70 Km de Cochabamba a 3.300 metros sobre el nivel del mar. Comparten la misión de las religiosas con una hija de Barcelona, Misionera de Jesús. La parroquia está, desde siempre, encargada a la Compañía de Jesús, con presencia de Jesuitas catalanes durante algunos años.
Su tarea es la tercera etapa y segunda en la misma parroquia en distinta comunidad. Población campesina de lengua quechua, no lejana a la zona de la coca. La familia de David y Cristina, con cuidado de los niños Damià y Celia, colaboran en la educación de los niños y niñas campesinos. Con buena comunicación con su parroquia de Torrelles de Llobregat y su diócesis de Sant Feliu.
La situación social boliviana me parece de progreso económico y político, pero con contradicciones y fragilidades en todos los campos, también en el moral y religioso.
Calama
La visita a Calama (Chile), más breve, me permitió compartir el fin de semana de adviento con los sacerdotes Barceloneses, Jorba y Olivé y la hermana de éste, bien integrados en la ciudad y la diócesis joven de Calama, hija de Antofagasta, en el desierto de Atacama. Es el que pisa el Dakar en el mes de enero. Uno de ellos trabaja desde 1961. La ciudad ha crecido con mucha rapidez y da trabajo a inmigrantes bolivianos, peruanos, colombianos,… Sufre una cierta burbuja de sobre-construcción.
La colaboración presbiteral y laical con Sudamérica me parece, cualitativamente, positiva para los hermanos latinoamericanos y, no haría falta decirlo, también para los enviados de nuestras diócesis, y aún más para ampliar el horizonte creyente de nuestras comunidades envejecidas.
