VII Jornadas de Catequistas en Andorra
Mons. Sebastià Taltavull ofreció una ponencia sobre la catequesis como fórmula de profundización de la Buena Nueva de Jesús

La VII Jornadas de Formación para Catequistas se inauguró el viernes 24 de octubre en el Centro de Congresos de Andorra la Vella presididas por el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives y con la presencia de la Cónsul Mayor de la Parroquia, Hble. Sra. Rosa Ferrer, el Director del Secretariado Interdiocesano de Catequesis, Mn. Amich y el Delegado de Catequesis de Urgell y Vicario de Pastoral, Mn. Antonio Elvira.
La Jornada
El grueso de la actividades del encuentro se llevó a cabo el sábado 25, cuando se hicieron los talleres de descubrimiento por la mañana, sobre la transmisión de los contenidos de la fe, como introducir la vida litúrgica en los niños y jóvenes, formas para hacer descubrir el estilo de vida cristiano, y talleres muy vivenciales: orando con los mismos sentimientos que Jesús, cantando con los niños y adolescentes y conocimiento la historia de la familia de los cristianos; y más tarde, por la tarde, con la ponencia del obispo auxiliar de Barcelona y Presidente del Secretariado Interdiocesano de Catequesis, Mons. Sebastià Taltavull, que habló de la catequesis como una fórmula de profundización de la Buena Nueva de Jesús, según la Evangelii Gaudium (160-168), y el trabajo de grupos posterior, la puesta en común y el coloquio.
Los ponentes de la mañana, Jose Antonio Goñi, Imma Farré, Carlos Chuan, Anna Ludevid, Andreu Muñoz, Carmen Sorribes, Enric Términos y Fito Tugues, hicieron una tarea de gran participación de los catequistas asistentes, que pusieron encima de la mesa las sus inquietudes y problemas cotidianos, vinculados con el signo del taller al que asistían.
Ponencia de Mons. Taltavull
Por la tarde, Mons. Taltavull glosó las palabras del Papa Francisco al final del Sínodo de este año y planteó cuatro cuestiones recogidas de las inquietudes de Pablo VI en Evangelii Nuntiandi el 1975: qué eficacia tiene en nuestros días esa energía escondida de la Buena Nueva, capaz de sacudir profundamente la conciencia del hombre? Hasta qué punto y de qué manera, esta fuerza evangélica puede transformar de verdad el hombre de este siglo? ¿Con qué medios proclamar el Evangelio, porque su poder sea eficaz? Se encuentra o no más apta la Iglesia para anunciar el Evangelio y insertarlo en el corazón del hombre con convicción, libertad de espíritu y eficacia ?. A través de estas cuatro cuestiones articuló una ponencia muy rica en matices para dar respuesta a estas cuestiones desde la perscpectiva planteada en Evangelii Gaudium.
La Catequesis, la tranmisora de la fe
En la inauguración de las Jornadas, Mons. Vives consideró que la Catequesis debe ser muy misionera, y es necesario que los catequistas reencuentren la alegría de esta misión: «Si creemos en las personas, yo os pido que transmitimos también que volvamos a creer en los curas, en los obispos , en las familias, en los padrinos … ¿por qué su tarea es la tanto imprescindible de la transmisión de la fe «. «A través de los niños es cuando somos capaces de amar y sentir como nos quieren, a través de ellos podemos tocar las heridas de Cristo …. si hacemos bien la Catequesis, si realmente salimos con la fuerza del Evangelio, encontraremos la vez un servicio que nos hará mucho bien, y nos harán más misericordiosos. Mons. Vives agradeció públicamente las sentidas palabras de la Cónsul Mayor, que en su parlamento quiso poner de relieve «el humilde reconocimiento de la enorme trabajo que hacen (los catequistas) y los animo a seguir adelante para que recibirán la mayor de las recompensas: formar hombres y mujeres con capacidad de tomar compromisos con la vida pública y hacerlo con humanismo, con una base sólida de valores, más libres y responsables «. Para la cónsul de Andorra la Vella la formación en la que participan los catequistas ayuda a configurar personas y hacerlas encontrar su camino de vida, con fe, caridad y amor. Y aunque no es una tarea fácil, hay que hacerla con determinación.
Oración multitudinaria
Las jornadas no sólo fueron un espacio de formación: también han tenido la voluntad de crear y procurar espacios de oración y comunión entre los participantes: se hizo una oración multitudinaria el primer noche, con la asistencia de Mons. Vives, y el sábado, en el nada de Vísperas se contó con Mons. Taltavull. La Misa solemne el domingo 26 a Meritxell, concelebrada por los dos obispos y los sacerdotes participantes en las Jornadas se prevé que sea el acto de clausura. Se llevará a cabo a las 10:00.
En las jornadas han participado delegaciones de catequistas de todas las diócesis, encabezadas por los respectivos delegados de catequesis: unas 350 personas.