Victòria Molins, educadora y religiosa, doctora 'Honoris Causa' por la Universidad Ramon Llull
Es la segunda mujer propuesta por la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL que recibe esta distinción

Este mediodía Victòria Molins, educadora, filósofa, escritora y religiosa, conocida por su visión transformadora de la acción social, ha sido investida doctora Honoris Causa por la Universidad Ramon Llull (URL), a propuesta de la Facultad de Educación Social y trabajo Social (FESTS) Pere Tarrés-URL. El acto de concesión de este galardón honorífico convierte a Victòria Molins en la segunda mujer doctora honoris causa propuesta por la FESTS Pere Tarrés-URL.
El acto se ha iniciado con la lectura, a cargo de Anna Berga, secretaria general de la URL, del acta de nombramiento de la Junta de Gobierno. Óscar Mateos, vicedecano de Investigación y Relaciones Internacionales de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL, y padrino de Victòria Molins, destacó que con este acto, «nuestra Universidad hace suyo, o mejor dicho, renueva su compromiso, de forma aún más explícita y radical, con esa mirada que quiere partir siempre y en todo lugar desde aquellos que lo han perdido todo».
Para Mateos el hecho de poder glosar los méritos de la homenajeada ha supuesto «una oportunidad de aproximarme con mayor profundidad en una biografía de biografías, es decir, una persona que en su interior guarda las historias, duras, terribles y, en algunos casos, esperanzadoras, de decenas y decenas de personas».
Mateos ha resumido en cuatro puntos la personalidad de Molins: Primero, «su pasión por la vida, una pasión en mayúsculas, desbordante y estimulante». Segundo, «una búsqueda constante por el sentido de libertad, de plenitud y de voluntad de respuesta a su vocación última». Tercero, «una conjugación constante entre la vida intelectual, de reflexión y pensamiento social, con la vida a pie de trinchera». Y cuarto: «su capacidad comunicadora y narradora».
Durante su discurso, Mateos ha puesto de manifiesto como Molins entiende el mundo y su compromiso radical por los más vulnerables.
A continuación se ha procedido a la investidura como doctora honoris causa y a la entrega del título y a los atributos en Victòria Molins a cargo de rector de la URL, Josep Maria Garrell.
Seguidamente Victòria Molins ha iniciado su parlamento remarcando que «este honor no es para mí, sino para la labor social de muchas personas».
«Tres son, entre otros, los puntales sobre los que podría explicar un tipo de labor social, que no es ni el mejor ni el único, pero al que yo me sentí llamada en un momento de mi vida y donde he ido aprendiendo poco a poco, día tras día, tras seguir una intuición inicial». Así, Molins ha destacado: el sentido de compasión con los «pobres»; el enamoramiento de Jesús; y Santa Teresa de Jesús.
La educadora ha revelado que hay dos vertientes de su tarea que puede ofrecer a las nuevas generaciones de estudiantes. La primera es «la diferencia fundamental entre pobreza y exclusión social o marginación, esta última a menudo ligada al mundo de la delincuencia». Explicó que experimentó esta diferencia cuando en 1985 volvió de un viaje a Nicaragua y se inició en Barcelona en el Cuarto Mundo, al que se ha dedicado desde entonces: «Para expresarlo de algún modo, diré que la pobreza da lástima y que este tipo de marginación a la que decidí dedicarme suele estorbar. La pobreza que yo había conocido en el Tercer Mundo, digamos de dinero, proviene a menudo de la injusticia, de las diferencias sociales que esta injusticia ha generado. La solución sería, pues, luchar contra estas injusticias y diferencias».
Y es que después de «licenciarse en la calle» -en palabras de Molins- y aprender de maestros como sor Genoveva Massip, el hermano Adrià Trescents, el jesuita Jorge Ginestà, o el doctor Blecua, formuló su vocación, de la que desde entonces no se ha separado, y le puso el nombre de «la mística de la calle». Esta es la segunda vertiente que ha querido subrayar: «Yo no me sentía ni me siento capacitada para transformar la sociedad, y menos aquel mundo que estaba empezando a conocer por las callejuelas del Raval, del Gótico y la Barceloneta. Yo no podía ser ni una Teresa de Calcuta ni un Vicente Ferrer para cambiar colectivos. No tenía capacidad para crear una obra social que pudiera remediar aquellos estragos que estaba descubriendo».
Molins ha reivindicado el papel de los educadores sociales y trabajadores sociales y los voluntarios insistiendo en que su tarea es otra que complementa la de los profesionales: «He aprendido que no se puede trabajar por libre como un francotirador, sino que hay que hacerlo en red y con discernimiento, poniéndonos siempre en contacto con los profesionales. Mi tarea es complementaria y por ello requiere horas y más horas, escucha y más escucha, paciencia y más paciencia. Los marginados para los que hacemos este acompañamiento no deben ser usuarios, como lo pueden ser para los servicios sociales, sino amigos. Esto no quiere decir que hacemos de ancianos tirando por tierra la labor de los profesionales, sino que, precisamente, los hemos de acompañar en los procesos que nos señalan los profesionales. Y todos sabemos por experiencia que los procesos pueden ser muy largos. Quizás es por eso que muchos «voluntarios» -nombre que no tengo en mi vocabulario- no se encuentran demasiado bien en esta tarea, ya que no parece que solucione los problemas urgentes y no se ven resultados a corto plazo». De hecho, Molins aclaró que no le gusta llamar su tarea como voluntariado «porque no tiene un horario ni un compromiso oficial. Es, al menos para mí, por mi vocación y consagración, una manera de vivir el Evangelio y de amar».
Victòria Molins ha terminado su discurso con un agradecimiento sincero a la FESTS Pere Tarrés-URL: «El hecho de que esta Facultad me haya otorgado el honor que acabo de recibir, dice mucho a favor de su mentalidad, de su compromiso con la justicia social, con la educación y con esta tarea sencilla y anónima que en mi persona representa a mucha otra gente en nuestra sociedad actual. Gracias por entenderlo así».
Finalmente, Josep Maria Garrell, rector de la URL, recordó que un doctorado Honoris Causa «es atribuible a personas por razón de sus relevantes méritos académicos o científicos, o por su compromiso y responsabilidad social o ética, o por su trayectoria cívica y aportación en el ámbito social, cultural, político o económico», y ha insistido «por los que conocemos desde hace años la trayectoria y la enorme tarea de Victoria Molins, nos es bastante evidente que reúne, con creces, méritos para concederlas le esta distinción».
El rector ha subrayado que hoy la URL homenajea a Molins, «pero también, y por especial deseo suyo, homenajeamos a todas estas personas anónimas y a toda su labor y ejemplo». En este sentido el rector ha añadido que en la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL «se gradúan personas comprometidas como pocas con la justicia social. Es evidente en virtud de los estudios vocacionalmente cursados. Personas que, conscientes de la profesión que les espera y de sus dificultades, han optado por caminos similares a los que la Victoria Molins camina día tras día».