Una taza de Café Youcat entre gags
El actor Joan Pera visita los jóvenes en esta última sesión para reflexionar sobre la "fe en el mundo del espectáculo" y sobre el "sentido del humor de Dios"

El Café Youcat ha cerrado la temporada con una buena dosis de humor. El invitado de este mes de junio ha sido el famoso doblador de la voz de Woody Allen, el actor catalán Joan Pera.
La sonrisa de Jesús
En esta última sesión, el claustro de Santa Ana, se encontraba lleno a abarrotar de jóvenes que asistían para conocer el punto de vista del actor sobre si Dios tiene sentido del humor. Joan Pera razonó sobre la figura de Jesús que, a raíz del cine y la literatura, desprende hoy en día una imagen más apagada que alegre. Se mostró totalmente contrario a esta impresión, ya que, como dijo, «si Jesús hubiera sido aburrido o antipático, no la hubiera seguido nadie».
Asimismo, aseguró que sólo con los mensajes que encontramos en el evangelio y la sensación de tranquilidad que estos aportan, todos los cristianos deberían vivir con una sonrisa, la cual, señaló como una «actitud de vida» que todo el mundo debería interiorizar.
La clave para comunicar
Por otra parte, reflexionó sobre la necesidad de establecer una iglesia más cercana y portadora de mensajes claros. En esta línea, comentó que en vez de querer englobar tantos mensajes en una homilía, los sacerdotes deberían focalizarse en una sola cosa de manera que esta idea llegara directamente a la gente que lo necesita.
Fe i espectaculo?
En el turno de preguntas, el público insistió en saber cómo compagina el actor el mundo del espectáculo con su fe y qué problemas le había planteado. A este respecto, el invitado respondió que «hay que ser coherente» y actuar según los principios de uno mismo. En su caso aseguró que siempre se decantaba por aquella opción que le hacía representar un papel más cómodo consigo mismo, sin traicionar sus convicciones. Según reconoció, alguna vez su creencia le había cerrado alguna posibilidad en su profesión, pero, sin embargo, aseguró que le había abierto muchas otras.
Un recuerdo para todos
Todos los asistentes, al terminar, se acercaron al actor, el cual fuera tratando con todo aquel que se le presentaba de forma cálida y simpática. Las luces luces de los flashes de las cámaras no pararon en ningún momento, ya que nadie quería irse sin conseguir antes su fotografía con Joan Pera.