Una Rosa para un jardín barcelonés
En medio del Eixample, en el interior de la isla Bayer, se han inaugurado los Jardines Rosa Deulofeu en un acto muy emotivo en el que han participado familiares y amigos de la que fue delegada de juventud del Arzobispado de Barcelona

Un jardín necesita flores y Rosa Deulofeu será la flor que viva y decore los jardines que llevan su nombre, en medio del Eixample. «Para un jardín no hay nada como poner una Rosa», repetía el padre de Rosa Deulofeu a los familiares y amigos que se habían concentrado en el barrio que lo había visto nacer y morir. Entrar en el nomenclátor de la ciudad ha significado reconocer públicamente la importante vocación de servicio destinada a jóvenes y discapacitados de la que fuera delegada de pastoral de juventud.
Un padre orgulloso y emocionado
Tras la bendición de los jardines fue el turno de los parlamentos. El padre de Rosa Deulofeu admitió que «estoy hecho un flan, estoy muy emocionado» al hablar ante el inmenso número de personas que se reunían en el interior de la isla. Antes, sin embargo, quiso agradecer al Ayuntamiento y al Arzobispado el apoyo continuo para que el nombre de su hija llegara a formar parte del nomenclátor de Barcelona.
Elogios para Rosa Deulofeu
El alcalde de la ciudad, Xavier Trias, tampoco faltó a la inauguración y, en su escueto parlamento, destacó la verdadera labor social de la Rosa Deulofeu, que «dedicó su vida a los demás». En nombre del Arzobispado de Barcelona, ​​Mn. Bruno Bérchez -antecesor en el cargo- habló de las tres rosas de Rosa, como su «gran capacidad de empatía» y su «mirada de comprensión», sobre todo a los jóvenes y discapacitados.
Un soneto dedicado a Rosa Deulofeu y cantado por la Coral Infantil fue la actuación que puso punto y final a un acto que demuestra que la antigua delegada de juventud dejó una gran huella en el corazón de los feligreses de Barcelona.