Una parroquia pequeña, pero con calidez
Conoce la parroquia de San Joaquín, situada en los bajos de un edificio con una gran labor social

Pequeña, pero acogedora, así es la parroquia de San Joaquín, situada en la calle cultura de Santa Coloma, camuflada en medio de los edificios. La parroquia desarrolla diversas actividades sobre todo en la vertiente social que se intenta adaptar a las necesidades de los feligreses. Este domingo 26 de julio se celebra el día del patrón de la parroquia, que se representa con Santa Ana, con quien comparte esta fiesta del calendario litúrgico.
Festividad para los abuelos
San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen y abuelos maternos de Jesús celebran la festividad conjunta, sin embargo, antiguamente el día de San Joaquín se celebraba el último fin de semana de agosto. Fue con la regularización del calendario litúrgico (1969) que se colocó la fiesta el día 26 coincidiendo así con el día de Santa Ana.
Comunidad unida
La parroquia, con unos 200 feligreses, está ubicada en uno de los barrios más antiguos de Santa Coloma, con más de 15.000 habitantes. «Como es pequeña, en cuanto viene alguien nuevo se intenta que se sienta como en casa, y es más fácil que haya comunión», explica Mn. Alfred Matas, el responsable de la Parroquia. Se trata de un local que compró el obispado en 1982, el cual formaba parte de una fábrica de ropa de cama. Fueron los mismos feligreses, que hicieron lo imposible para levantar la parroquia, aportando lo que podían económicamente a una cuenta corriente.
Mn. Alfred se encarga con el rector Mn. Agustín de tirar la parroquia adelante junto con la participación de la feligresía. Según el rector «es una comunidad en medio del pueblo, en medio de la vecindad. Es una comunidad de inserción, basada sobre todo en los grupos de laicos. Ha habido una tradición de sacerdotes encarnados en el barrio y es un gozo llevar una parroquia donde trabajan los laicos ayudados por los sacerdotes».
Tarea Social
Hace diez años se implantaron grupos de alcohólicos y narcóticos los que se reúnen periódicamente en el sótano del local parroquial. Según explica Mn. Alfred, él «los asesora pero el trabajo que hacen es muy particular, ya que sólo aceptan alcohólicos o narcóticos».
Por otra parte, hay un grupo que colabora con la pastoral penitenciaria y que funciona a escala del arciprestazgo de Santa Coloma. Este organiza encuentros y se va a visitar las madres de los presos, para darles confort y ánimos.