Una parroquia para el barrio

Ocio para niños y jóvenes, espacios para liturgia, formación y una acción social, como "el Armario de Can Nadó", al servicio del vecinos de la parroquia

La Justo arriba de la Ronda Guinardó, recorriendo la Avenida Verge de Montserrat, se encuentra la parroquia de Cristo Redentor. Esta parroquia, ubicada entre los barrios de Can Baró y el Baix Guinardó hace años que está arraigada a los vecinos que llevan a cabo una actividad variada y dinámica.

Dos templos

Una curiosidad de esta es que cuenta con dos iglesias, una pequeña y una grande. Alguno de los feligreses, como Manel Pallarés estuvo presente durante el trágico suceso, y es que fue él el último al que bautizaron allí. «Aquí antes, en el año 35 había una pequeña iglesia, una parroquia muy pequeña, que a 36 la quemaron. Lo último que bautizaron en la parroquia aquella fui yo, y me tuvieron que sacar por la puerta trasera para que comenzaba a salir humo».

Con los años aunque se reconstruyó el pequeño templo, fue necesario hacer más espacio. «Esto explica que los sacerdotes que han pasado han hecho una buena labor – explica Mn. Jordi Cussó, el rector actualmente. «Esto ha atraído a la gente y por eso la necesidad de hacer un nuevo templo donde y cupieran más personas», añade.

La implicación de los miembros de la comunidad de Cristo Redentor, la misma de aquellos que reconstruyeron el templo con sus propios medios, «sin un duro», como explica Manuel, se ha mantenido. Son muchas las actividades que se desarrollan, las cuales, parten de cuatro pilares básicos por los que vela la parroquia.

Cuatro pilares

«La labor pastoral- explica Mn. Cussó se centra en las celebraciones litúrgicas, un espacio donde las personas vienen a buscar una dimensión espiritual misas, sacramentos, matrimonio, y donde favorecemos el momento de oración para que puedan hacer un crecimiento de manera personal y comunitaria. También hay un espacio de formación, como ayudar a que las personas puedan ir creciendo desde la catequesis de los más pequeños desde la catequesis de adultos. En tercer lugar la atención a los jóvenes del esparcimiento y la acción de Cáritas.

Educación y ocio

El año pasado precisamente el esparcimiento «La Gralla» celebró el 25 aniversario. Tal y como explican el Pau y Juan, los responsables, el objetivo sigue siendo el mismo que desde el principio, dar valores desde el ocio. «Ofrecer a los niños una opción de vida diferente que está fuera de las casas y poder romper un poco con la dinámica general de ordenador». «Educar en el tiempo libre, educar mientras jugamos, no venimos a educar venimos a educar y hacer valores».

Acción social

El esplai, liturgia, formación y no puede faltar el brazo de Cáritas, uno de los cuatro pilares de Cristo Redentor, donde participan un buen número de voluntarios como el Tino, que se encarga de la distribución de alimentos. «Un grano de arena» como dice él que gracias a la voluntad de todos y el compromiso de los voluntarios consigue ayudar 60 familias de la zona.

Otro punto clave en la parroquia, que cada vez está cogiendo más empuje es el Grupo de Crianza de Can Nado, un proyecto que consiste por un lado en un espacio de reunión para padres y madres, cuidadores y niños y por otro en un intercambio de ropa. Este segundo le llaman «el Armario de Can Bebé», una iniciativa que surgió a raíz de ir intercambiando piezas y objetos necesarios para bebés.

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