Un tramo de la historia de Barcelona dentro del Palacio Episcopal

Las reformas de las oficinas de Cáritas dan pie a una intervención arqueológica

El pasado enero comenzó en la planta baja del arzobispado de Barcelona las reformas del interior de los despachos de Cáritas Diocesana, que, paralelamente, dieron pie a una intervención arqueológica. Se trata del edificio que hay entre la Plaza Nueva y la calle de la Palla, edificado por primera vez a partir del siglo XVI, y ampliado a finales del XVIII hasta obtener el edificio que hoy en día se puede ver.

Muralla Romana

En la intervención se encontró evidencias medievales y modernas, y es por este motivo que el edificio está incluido en el Catálogo Arquitectónico del Patrimonio Histórico – artístico de la ciudad de Barcelona del año 1979. Concretamente, en el interior del Palacio se ve parte de la antigua muralla romana de la ciudad del siglo IV, declarada Bien cultural de Interés Nacional, en la categoría de monumento histórico.

Nada más entrar en las oficinas de Cáritas se ve la torre de base circular que hay en la puerta decumana, una de las entradas de la antigua muralla romana, la que continúa dentro de las oficinas, con otra torre de base cuadrada. La muralla, que podemos observar en la sala de espera de las oficinas, hace cuatro metros de ancho y la continuidad se intuye con dos torres exteriores que llegan hasta San Feli Neri.

Además, además, justo al lado de la primera torre de base circular, se observa parte de la primera muralla del siglo I, mucho más sencilla -explica el arquitecto de las reformas, Joan Claudi Minguell – que Roma concedió a Barcino por ser una ciudad «próspera y modélica».

Edificación por partes

El edificio donde se ha centrado la intervención se llevó una vez ya hecha la segunda muralla de la ciudad en el siglo XIV, cuando se dio permiso para construir frente a la antigua muralla romana. Es así como comenzaron las edificaciones anexas a la muralla, como la de este edificio que mandó construir el obispo Valladares al arquitecto Josep Mas.

Joan Claudi Minguell explica que gracias a que «Mas documentó todas las edificaciones previas, con dibujos» los arqueólogos del museo de historia Barcelona han podido estudiar los elementos que han salido. Tras este primer edificio se ensanchó tomando la parcela continua que hay en la calle de la Paja, más antigua.

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