Un regalo para el Papa Francisco
La Asociación que promueve la beatificación de Antoni Gaudí, autor de la Sagrada Familia, regaló al Papa Francisco el pasado 5 de marzo una reproducción de un busto realizado al arquitecto el día de su muerte, hace 89 años

[Font: Rome Report]
La Asociación que promueve la beatificación de Antoni Gaudí, autor de la Sagrada Familia, regaló al Papa Francisco el pasado 5 de marzo una reproducción de un busto realizado al arquitecto el día de su muerte, hace 89 años . Etsuro Sotoo, cofundador de la Asociación, ha sido el autor de la reproducción del busto original realizado por el escultor Joan Matamala.
El presidente de la asociación, José Manuel Almuzara explicó que se trata de un homenaje al siervo de Dios para guiar al Papa hacia la luz y la belleza: «Nos hace mucha ilusión entregárselo al Papa Francisco, y así lo hemos hecho… Es un homenaje a este Siervo de Dios, que conduzca a Francisco, al Papa, en el camino suyo hacia la Luz con mayúscula y la Belleza con mayúscula”. Por otra parte, para Etsuro Sotoo, escultor jefe de la Sagrada Familia, el busto refleja bien la expresión con la que Gaudí dejó el mundo, días después de ser atropellado por un tranvía. «Felicidad. Como puede poner esta cara después del accidente, tres días de angustia total? Parece estar soñando … Está en el Cielo, no? «, Explica Sotoo. Ambos coinxideixen al definir a Antoni Gaudí como un cristiano consecuente y para conocerlo mejor recomiendan «mirar allí donde él miraba».
Fragmento de “Mi itinerario con el arquitecto”, de Joan Matamala Flotats
La obra de Joan Matamala Flotats narra el proceso de obtención del busto original.
«En los últimos momentos, los artistas habían sido autorizados para obtener unos apuntes para el retrato del agonizante. Renart, Opisso y el arquitecto César Martinell recogían los rasgos del gran hombre que nos abandonaba.
Mientras el médico firmaba el certificado de defunción, el hermano enfermero vestía al difunto con el hábito de la Virgen de los Dolores. Fue entonces cuando yo recogí en un dibujo la efigie de Gaudí y acto seguido obtuve la mascarilla.
Varios arquitectos allí presentes, movidos por su veneración hacia Gaudí, ayudaron a los pormenores. Ello me permitió obtener algo más que una mascarilla: la completa y bien conformada testa de Gaudí. Dados mis sentimientos, me resultó tarea ardua. Después, el hermano Riu le puso la capucha del hábito y colocó entre sus manos el rosario que cada día le había acompañado en sus rezos»…