Un hogar, un paso hacia la autonomía

La Fundación Fomento de la Vivienda Social y Cáritas tras celebrar 25 años inician un nuevo año 25 años velando por la dignidad de una vivienda

Uno de los motivos que llevan a la exclusión social es la falta de acceso a una vivienda adecuada. Las cifras del sinhogarismo y los desahucios han continuado aumentando en los últimos años en Cataluña, dejando las personas desprotegidas en la calle, o bien, en espacios insuficientes. Muchas entidades trabajan día a día para combatir esta situación, entre ellas, la Fundación Fomento de l’Habitatge Social, que en colaboración con Cáritas Diocesana y con 25 años de recorrido, vela por ofrecer un hogar digno a todos.

400 pisos en 25 años

Este diciembre se celebró las bodas de plata de la Fundación, donde asistieron todos los usuarios a los que ayuda y ha ayudado la entidad a lo largo de este tiempo, un período durante el cual han pasado de 90 a casi 400 viviendas. «Es un hito que supone, 400 personas tranquilas en su hogar», explica el director de la fundación, Francisco Almacelles. Este trabaja junto con los trabajadores sociales y los voluntarios, que atienden al año casi unas 2.000 personas, muchas de las cuales vivían en la calle, otros habían sido víctimas de desahucios, o bien vivían compartiendo piso o en viviendas inadecuadas.

Emili Salvador trabaja como educador social en la fundación iacompaña a los usuarios a lo largo de un programa de acción social integral, que ofrece una vivienda y asesora para que en un período de tiempo se pueda asumir la autonomía personal. «Siempre pensamos que la entrada a un piso debe ser ventajosa, por eso se fa- explica la Emili-. Muchas de las familias o vienen de la calle, o de un desahucio, o de un amontonamiento en una habitación, y de lo que se trata es de darles una vivienda que sea digno».

Un paso hacia la autonomía

Cabe a destacar que tanto Almacelles como Salvador, coinciden en que el fin de tener un hogar es volver a ser autónomo y que uno se valga por sí mismo. Según Salvador, «La vivienda debe servir como espacio donde la gente pueda coger los problemas que tiene y los pueda digerir y transformarlos en algo que con normalidad lo hacemos todos». Así es como la Yubisney Caballero, después de trece años en la entidad, ha podido obtener un trabajo y ahora ya puede pagar los gastos y el alquiler del piso que la fundación le ha cedido.

La Yubisney es de nacionalidad colombiana, y ya hace más de 13 años que vive en Barcelona. Antes de llegar a la fundación, vivía con su hijo Juan Pablo, recién nacido, que padece discapacidad, en una habitación compartida y no tenía trabajo. Fue entonces, a través de una trabajadora social de Cáritas de Barcelona, ​​que se puso en contacto con la fundación.

«En el piso que compartía, había tirantez y yo quería estar con mi niño tranquila. La trabajadora social, que se llamaba Assumpta, habló con la fundación Foment de l’Habitatge Social y un día me llamó diciendo que había un piso en la calle Ceniza, en San Antonio. Yo le dije que me quedaba con el piso, sin embargo, que no tenía dinero para pagar los gastos. Ella me constesta que no pasaba nada, que lo hablaría con la fundación «.

El primer paso

Yubisney se trasladó al piso del barrio de San Antonio un día de diciembre. Era la primera noche que dormía en un hogar con su hijo, los dos solos. «Fue un paso, de una habitación a un piso. Si el niño lloraba no le molestaba a nadie, sólo a su madre y nada más. Nunca olvidaré la cara de mi hijo. Yo creo que el pensaría, «estamos los dos solitos. Este fue el primer paso».

Durante su establecimiento en la vivienda contó con la ayuda de Cáritas que le facilitó los servicios de una trabajadora que la ayudó con todos los trámites del piso como amueblarlo y dejarlo listo, así como, con su hijo. Estuvo 8 años en el primer piso, durante los que consiguió trabajo, y así, fue cubriendo gastos prescindiendo, poco a poco, de parte de la ayuda económica de Cáritas y logrando mayor autonomía. «Ahora puedo pagar el alquiler que me pasa la fundación cada mes, la escuela de mi página y los gastos… Me siento realizada«,  explica Yubisney.

Aquel primer piso donde entró la Yubisney aquel diciembre, y todos los que ofrece la Fundación tienen un alquiler simbólico, por lo que lo que lo ocupa, normalmente con falta de recursos, no sufre por posibles desahucios. «No tienes que estar en un piso con el miedo de perderlo. Esto las familias lo sufren, es estrés ya la larga son problemas». Tal como explica Emili, «se trata de ofrecer recursos como mínimo para estabilizar un poco, la vida de estas personas». Al cabo de unos años, la fundación encontró un piso más bien acondicionado para la Yubisney y habilidad para la discapacidad del Juan Pablo.

Durante este 2016, después de celebrar las bodas de plata la fundación se mantiene en el mismo objetivo inicial y velando para una vivienda digna para todos sea una realidad. Personas sin techo, otras con viviendas inadecuadas, habitaciones compartidas, desahucios, etc. Las cifras de estas realidades no se detienen. Aún así, la Fundación Foment de l’Habitatge Social, no pierde la esperanza y ahora comienza un nuevo año, en que continuará trabajando, con el fin que todo el mundo pueda dormir en su hogar.

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