Timbuktu

El director Abderrahmane Sissako ofrece la posibilidad de establecer un diálogo interreligioso y cultural con el mundo islámico a través del cine

El director cinematográfico Abderrahmane Sissako ha llevado a la gran pantalla Tumbuktu, una película nominada y premiada en diversos festivales cinematográficos, que traslada al espectador a la situación de muchas localidades islámicas que viven bajo el dominio del terrorismo islámico.

Ni fumar, ni reír, ni jugar …

Los hechos se ubican en Tumbuktu, Mali, caída en manos de los islamistas radicales que impondrán una vida de restricciones y sentencias a los habitantes, quienes sufrirán las trágicas y incongruentes consecuencias.

El crítico de cine espiritual, Mn. Peio Sánchez destaca la dignidad de los habitantes del pueblo que reivindican su estatus contra la visión de los yihadistas. Ni fumar, ni reír, ni jugar al fútbol, ​​ni escuchar música. Toda una serie de normas, que harán a los tribunales islamistas uno de los escenarios principales del film, y por donde pasarán los protagonistas de película, una familia que hasta la llegada de los extremistas vivía en un paraíso, lejos del caos y del terror.

La trama, tal como explica Mn. Peio, da paso «al diálogo antirreligioso y cultural», que acerca al espectador a la cruda realidad que muchos sufren día a día, y a la vez que muchos desconocen.

«Política y humanamente necesaria»

En las críticas, además de alabar la espectacular fotografía y dominada por el exotismo del paisaje, se considera la película como «necesaria». Necesaria, tanto en el sentido político como humano, ya que pone en evidencia términos tan innatos y estudiados en pleno siglo XXI, como libertad y democracia, que cae en crisis con el fanatismo religioso.

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