Reto fascinante

Entrevista a María Cruz Sanz, religiosa filipense misionera de enseñanza

M. Cruz Sanz es «una catalana de Valladolid». Religiosa filipense misionera de enseñanza, hace 12 años llegó a Sant Andreu de la Barca para hacerse cargo de la guardería que las hermanas llevan a la población desde hace 105 años y también colabora con la parroquia del pueblo acompañando varios grupos de jóvenes. El contraste entre los jóvenes de Palencia -donde vivía-, «hijos de familia y cultura cristianas», y los de aquí, «de una sociedad más fría y laicista», «es abismal: todo un reto».

Es fácil animar a los jóvenes?

La primera dificultad es tener jóvenes a los que animar. Debemos hacer un cambio de chip, ir nosotros en busca de ellos allí donde están y estar dispuestos a perder mucho tiempo. Una vez están, animarlos es otro reto. Dios les queda lejos, la Iglesia no les dice nada. Pero hay que animarse, porque es posible y es maravilloso estar con ellos.

Y para que participen en las romerías?

Si han vivido la experiencia en casa, es fácil. Los grupos no pueden ser células aisladas, deben estar integradas en el seno de una comunidad, porque si se sienten parte integrante de esta familia no será difícil hacer camino juntos e ir de romería. Sin embargo, una romería de adultos debe ser adaptada en gran parte si hay jóvenes.

Qué itinerario propones?

Presentar a Jesús como la ventana para descubrir quién es Dios; acoger su Palabra, que se convierte en el espejo donde confrontar la propia vida; trabajar el conocimiento personal, la necesidad de ayudar y pedir ayuda; abrirse al mundo con ojos críticos y con el deseo de transformarlo. Y todo, con el estilo de Felipe Neri: con mirada creyente, alegría, sencillez y mucha confianza en el Espíritu Santo.

Entrevista realizada por Òscar Bardají y Martín para el Hoja Dominical del domingo 5 de abril.

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