¿Qué se celebra en la festividad de la Asunción de María?

El 15 de agosto se celebra que la Virgen María fue llevada al cielo en cuerpo y alma por el poder de Dios La fiesta de la Asunción de la Virgen María se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta festividad tiene una doble vertiente: por un lado, la feliz partida de María [...]

El 15 de agosto se celebra que la Virgen María fue llevada al cielo en cuerpo y alma por el poder de Dios

La fiesta de la Asunción de la Virgen María se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta festividad tiene una doble vertiente: por un lado, la feliz partida de María de la vida terrenal y, por otro, la asunción de su cuerpo al cielo. Se trata también de la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en su honor -es «la fiesta de María»- ya que festejamos todos los misterios de su vida.

Benedicto XVI, en la homilía para esta festividad en 2010, profundizó en la figura de la Virgen: «En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo, no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios».

¿Qué dice el Catecismo de la Iglesia al respecto?

El Catecismo de la Iglesia Católica (#966) nos indica que «la Asunción de la Virgen constituye una participación singular en la resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos». De esta manera, la Asunción de María es un paso más para semejarla con Cristo, proclamando esencialmente la deidad de María, y también nos muestra el camino que todos los cristianos deben seguir ya que María, cumpliendo perfectamente con la voluntad de Dios en su vida, llegó a la gloria de Dios.

En el Catecismo también se explica que «finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del Cielo y elevada al Trono del Señor como Reina del Universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte».

Historia del dogma

El dogma (verdad de la que no se puede dudar) de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, después de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1 de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus:

«Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen su peculiar benevolencia, para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo».

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