¿Qué es la visita 'ad limina'?

El Cardenal Sistach y el obispo Taltavull, junto con 37 obispos, viajan a Roma para reunirse con el Papa y venerar los sepulcros de San Pedro y San Pablo

A lo largo de esta semana, los 39 obispos pertenecientes a las provincias eclesiásticas de Barcelona, Tarragona, Granada, Santiago de Compostela, Oviedo y Sevilla han viajado a Roma para cumplir su obligación de la visita ad limina apostolorum. Entre ellos, se encuentran el Cardenal Sistach y el obispo auxiliar, Sebastià Taltavull. Pero, ¿qué significa este término latino?

La visita ad limina es la visita que todos los obispos católicos deben hacer, cada cinco años, a Roma. Comprende la peregrinación a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo como expresión de comunión eclesial y el encuentro con el Papa como sucesor de San Pedro. Incluye también informar sobre la situación de la Iglesia en la diócesis que cada obispo tiene encomendada. Y es que, cada obispo ha enviado ya hace tiempo a Roma un informe sobre el estado de la diócesis desde la última visita ad limina, que para los obispos de las diócesis con sede en Cataluña fue en febrero de 2005.

Programa de la visita

Además de peregrinar a las tumbas de San Pedro y San Pablo, los obispos también visitarán algunos dicasterios como el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, el Pontificio Consejo para los Laicos, la Congregación para el Clero, la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Pontificio Consejo para la Educación Católica, el Pontificio Consejo para los Operadores de Salud, el Pontificio Consejo para la Cultura y la Secretaría de Estado, entre otros organismos vaticanos.

El 4 de marzo se celebrará eucaristía en la Basílica de San Pedro y el 7 de marzo, en San Pablo Extramuros.

Orígenes de la visita ad limina

La primera visita ad limina, que en latín significa ‘los umbrales de los apóstoles’, aparece en la carta de San Pablo a los Gálatas: «Más tarde, al cabo de tres años, subí a Jerusalén para conocer Cefas, y pasé quince días con él (Ga 1,18)». Durante esta visita, Pablo explicó a Pedro (y a Jaime) las dificultades que encontró en algunas zonas de Judea…

Esta puede ser considerada el primer encuentro de ayuda recíproco y de coincidencia sobre temáticas particulares. Las visitas ad limina Apostolorum, es decir, los sepulcros de San Pedro y San Pablo, en Roma, son una ocasión privilegiada de comunión pastoral y aportan un enriquecimiento de experiencias en el ministerio del Papa.

Normativa

La actual normativa de las visitas ad limina se encuentra en el Decreto de la Sagrada Congregación, publicada según el orden de Pío X (31 de diciembre de 1909) para todos los obispos. Este decreto declara que cada obispo debe dar al Papa una relación completa del estado de su diócesis una vez cada cinco años. Este período de tiempo comenzó en el año 1911. También el artículo 400 del Código de Derecho Canónico marca las bases de la visita ad limina.

En el primer año del quinquenio el informe debía ser enviado por los obispos de Italia, Córcega, Cerdeña, Sicilia y Malta; en el segundo año, por los obispos de España, Portugal, Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra, Escocia y Irlanda; en el tercer año, era el turno de los obispos de los imperios austrohúngaro y alemanes y el resto de Europa; en el cuarto año  los obispos de toda América; en el quinto año, los obispos de África, Asia, Australia y las islas adyacentes.

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