¿Por qué «la Mercè» es la patrona de Barcelona?

En 1868 la Virgen de la Merced pasó a ser la patrona oficial de la ciudad, título que hasta entonces había ostentado santa Eulalia en solitario

La patrona recién llegada

A la Virgen de la Merced se le atribuyen algunos milagros. El primero se remonta a una noche de verano de 1218, cuando la Virgen se le apareció a la vez, en un sueño revelador, el rey Jaime I, a San Pedro Nolasco y a San Ramón Peñafort, pidiéndoles que fundaran una orden religiosa destinado a rescatar a los prisioneros cristianos de los sarracenos. El mismo año se fundó la orden de la Merced, que se conoció popularmente como los mercedarios.

En 1687, la ciudad de Barcelona sufrió una terrible plaga de langostas, que había llegado a Cataluña años atrás, perjudicando gravemente las cosechas. El 25 de septiembre se incendió el convento de la Merced, y los ciudadanos creyeron que aquello era un presagio. El Consejo de Ciento se comprometió a nombrar la patrona de la ciudad si liberaba su población de las langostas. En marzo de 1688 el deseo se cumplió. Las langostas abandonaron la ciudad y la Virgen fue conmemorada todos los veranos. Pero este patronazgo no recibió la aprobación papal hasta el 1868, cuando Pío IX ratificó la decisión, trasladando su fiesta el 24 de septiembre. La Virgen de la Merced pasaba a ser la patrona oficial de la ciudad, título que hasta entonces había ostentado santa Eulalia en solitario.

En 1902 el Ayuntamiento de Barcelona impulsó un modelo de Fiesta Mayor de la Merced que ha ido influenciando las fiestas que hoy en día todos conocemos.

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