Poblenou recibe al Cardenal Sistach con los brazos abiertos
El Arzobispo de Barcelona preside la eucaristía dominical en la parroquia de Santa María del Taulat con motivo de la visita pastoral al arciprestazgo

Toca rendir cuentas en el arciprestazgo del Poblenou. Y es que el Cardenal Sistach está de visita pastoral en el arciprestazgo. Ya a finales de enero, el Arzobispo de Barcelona estuvo presente en el encuentro arciprestal en el que se trataron tres temas: la escuela de evangelización y el primer anuncio en el barrio, coincidiendo con uno de los objetivos del Plan pastoral de la diócesis; el acompañamiento a los familiares de los bautizados y a aquellos que se han casado; y el centro de día abierto a los jóvenes de Poblenou.
La eucaristía dominical de este domingo en Santa Maria del Taulat es la segunda que el Cardenal preside en Poblenou con motivo de su visita pastoral al arciprestazgo (la primera fue en la parroquia de San Francisco de Asís), aunque tiene previsto visitar también otras parroquias durante los meses de marzo y abril. Además, el Arzobispo de Barcelona también tiene acordado ir a la fundación Pere Relats, al Centro Moral y Cultural y al único centro penitenciario de mujeres de la ciudad condal para comprobar la labor de la Iglesia en este distrito de Barcelona.
¿Qué es una visita pastoral?
La visita pastoral es una de las formas, confirmada por siglos de experiencia, con la que el Obispo mantiene contactos personales con el clero y con los demás miembros del pueblo de Dios. Es una oportunidad para reanimar las energías de los agentes evangelizadores, felicitar, animar y consolar; es también la ocasión para invitar a todos los fieles a la renovación de la propia vida cristiana y a una acción apostólica más intensa. La visita le permite, además, examinar la eficiencia de las estructuras y los instrumentos destinados al servicio pastoral, dándose cuenta de las circunstancias y dificultades del trabajo evangelizador, para poder determinar mejor las prioridades y los medios de la pastoral orgánica.
Durante la visita parroquial, algunos de los delegados diocesanos también participan en las reuniones arciprestales. Y es que, según el Código de Derecho Canónico, «el Obispo tiene la obligación de visitar la diócesis cada año total o parcialmente, de modo que al menos cada cinco años visite la diócesis entera, personalmente o, si se encuentra legítimamente impedido, por medio del Obispo coadjutor o el auxiliar, o del Vicario general o episcopal o de otro presbítero».