Paternidad responsable y “teologia de la lágrima”
El Papa habla sobre la apertura a la vida y nos anima a llorar

Pastores y grupos de matrimonio
Durante el viaje de vuelta después de su visita a Filipinas, Francisco aprovechó para recordar que «la apertura a la vida es condición para el sacramento del matrimonio». También citó las palabras de su antecesor Pablo VI que exhortó a los confesores a ser «comprensivos y misericordiosos» con los padres y madres de familia. El mismo pontífice argentino dijo que en su momento «regañó» a una mujer que iba por el octavo embarazo después de siete cesáreas ya que «no podía tentar a Dios y dejar huérfanos a sus hijos». Según el Papa, la palabra clave para resolver el problema de la natalidad es la ya conocida expresión de «paternidad responsable», y añadió que «cada persona, en el diálogo con su pastor, debe buscar cómo llevar a cabo esta paternidad «. A continuación el obispo de Roma expresó que «algunos creen que para ser buenos católicos debemos ser como conejos, no?», pero continuaba diciendo, a modo de respuesta, «paternidad responsable: por eso en
¡No tengáis miedo a llorar!
Ante la pregunta «¿por qué sufren los niños?», formulada por una niña filipina con lágrimas en los ojos, el «santo Papa» -como le llaman en Filipinas- se emocionó y volvió a improvisar para tratar de responder a una pregunta que él mismo dijo que no tenía una respuesta clara ya que «al mundo le falta llorar, sólo así seremos capaces de entender y responder algo». Según Bergoglio, «lloran los marginados, lloran los desplazados, … pero los que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar». Fiel a su estilo, el Papa Francisco invitó a la gente a preguntarse si han aprendido a llorar ante la pésima situación en la que se encuentran muchos niños y niñas de nuestro mundo. Refiriéndose a la niña dijo «ha hecho la pregunta llorando, y la respuesta que podemos hacer todos es aprender a llorar». Continuó con esta idea citando las distintas veces que encontramos a Jesús llorando en los evangelios y animó a todos a aprender a llorar ya que «si no, no eres un buen cristiano». «Cuando nos hagan la pregunta: ¿por qué sufren los niños, por qué ocurre esto o esto otro trágico en la vida ?, que nuestra respuesta sea el silencio o la palabra que nace de las lágrimas. Sed fuertes, no tengáis miedo a llorar «. Con estas palabras el obispo de Roma cerró lo que algunos ya llaman «la teología de la lágrima».