Para una economía de comunión
Firmar a favor de la Iglesia en la declaración de la renta es una decisión libre y personal que no supone pagar más, sino contribuir a la labor de las parroquias de la diócesis Como cada año en estas fechas, se acerca el momento de hacer la declaración de la renta, y la comunidad de [...]

Firmar a favor de la Iglesia en la declaración de la renta es una decisión libre y personal que no supone pagar más, sino contribuir a la labor de las parroquias de la diócesis
Como cada año en estas fechas, se acerca el momento de hacer la declaración de la renta, y la comunidad de cristianos pide a los fieles que marquen la casilla para la Iglesia que supone una ayuda a los recursos económicos para llevar a cabo la su tarea.
Decisión para la comunidad y para fines sociales
En el momento de hacer la declaración de la renta, se pide que los contribuyentes marquen la casilla correspondiente a la Iglesia, así como la de «otros fines sociales». Se trata de una decisión libre y personal de cada uno, que no supone pagar más, sino dedicar a la Iglesia el 0,7% de los impuestos que se paga al Estado. Para la Iglesia prescindir de estas entradas le obliga a recortar el presupuesto diocesano y, por tanto, a disminuir el presupuesto que destina a sus tareas en relación a la comunidad, ya que los ingresos que provienen de esta vía, representan entre un 20% y un 25% de las entradas globales.
Economía de comunión
Los delegados de economía del Arzobispado de Barcelona, ​​Mn. Antoni Matabosch, el del Obispado de Sant Feliu del Llobregat, Mn. Francisco Escolà, y el del de Terrassa, Sr. Jaume Sala Maltas, explican que el hecho de marcar esta cruz para la Iglesia supone ir a favor de una comunión diocesana. Las diferentes parroquias no «especulan ni acumulan dinero», sino que lo que hacen es una economía de comunión entre todas las iglésias que parte de un Fondo Diocesano común. Según explican los delegados de economía, «este fondo es como una bolsa, un cajón al que cada uno aporta lo que puede libremente». Cada una de las parroquias también aporta al fondo diocesano un porcentaje de sus ingresos y luego se reparte según las necesidades de las parroquias. La Delegación de economía es la encargada de gestionar y establecer las prioridades para procurar solidaridad y equidad.