Para el futuro, herencia de muerte o esperanza de vida
Mn. Peio Sánchez, profesor de antropología teológica, da las claves para entender la nueva encíclica del Papa Francisco, 'Laudato Si'

Las generaciones futuras tienen el derecho de heredar un planeta habitable y una forma de vida compatible con el cuidado de la creación. Es responsabilidad humana la apuesta por la vida que es anterior al nacimiento y que se extiende a los que vendrán después de nosotros.
La defensa de la vida de los no-nacidos extiende también a los que han de venir, ellos son la esperanza humana. El consumo energético, las industrias de armamento, el crecimiento de los residuos o la gestión del agua son amenazas verdaderas.
Esta cultura de muerte reclama la vigencia del que «no es Dios de muertos, sino de vivos» (Mc 12,27). Sólo la transformación hacia una cultura de vida, que asume la dignidad y la trascendencia de la creación, abre la brecha hacia el futuro que viene del Dios que ha cumplido su promesa.
El Papa Francisco sostiene que la situación actual del mundo favorece diversas formas de egoísmo. Así, las personas se vuelven autorreferenciales -un concepto muy propio de él- y se aíslan en sí mismas, como una forma de narcisismo. «Mientras más vacío está el corazón de las personas, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir». Por tanto, pide una actitud ética: salir hacia el otro y superar el individualismo.