Papa Francisco: «El comunismo nos ha robado la bandera»

El Pontífice repasa temas como la política, la pobreza, el papel de la mujer en la Iglesia o la explotación infantil en una nueva entrevista a un medio romano

El Papa Francisco se vuelve a sincerar, como viene siendo habitual últimamente, en una entrevista al diario romano Il Messaggero. El Pontífice asegura que el comunismo ha «robado» a la Iglesia católica su causa o «la bandera de los pobres» que, desde hace veinte siglos, ha sido el centro del Evangelio: «Los comunistas dicen que todo esto [la pobreza] es algo comunista. Sí, claro, ¿cómo no?… Pero veinte siglos después [de la escritura del Evangelio]. Cuando ellos hablen, nosotros les podríamos decir: Pero si sois cristianos».

Así de contundente también ha tratado temas como la política y la corrupción, la explotación infantil, el rumbo de la Iglesia y el papel de las mujeres en el mundo actual.

Un camino a seguir

«Estamos viviendo no tanto una época de cambio sino un cambio de época. Y, por tanto, se trata de un cambio de cultura; el cambio de época alimenta la decadencia moral, no sólo en política pero también en el ámbito financiero o social», ha denunciado el Papa Francisco, quien ha añadido que este ambiente facilita la corrupción: «Creo que es difícil ser honesto en política». Es, en este contexto, donde debe actuar la Iglesia. ¿Cómo debe hacerlo? Pues «saliendo a la calle, buscando a la gente, yendo a las casas, visitando a las familias, yendo a las periferias. No debe ser una iglesia que sólo reciba sino que también ofrezca«.

A pesar de ser el primer Papa que no ha formado parte del Concilio y el primero que ha estudiado teología después del Concilio, Francisco tiene claro el rumbo que debe seguir la Iglesia: «Gracias a Dios yo no he creado ninguna Iglesia, sigo a Cristo. Y sigo lo que los cardenales propusieron durante las Congregaciones Generales antes del cónclave. Mis decisiones se basan en eso».

Pobreza de espíritu

La pobreza es el centro del Evangelio y, sin ella, no se pueden entender las Sagradas Escrituras. Sin embargo el Papa no condena a los ricos, «excepto cuando la riqueza se convierte en un objeto idolatrado». Esta pobreza material se está extendiendo más que nunca con la crisis económica. Y no es sólo una pobreza económica sino también de espíritu ya que la persona pierde su dignidad, una pobreza que «arruina su corazón».

Esta pobreza también provoca dolor a Francisco, sobre todo, en el caso de los niños que son explotados. Y pone el ejemplo de su Argentina natal, en la que niñas de 12 años se dedican a la prostitución. «Me hace mucho daño. Pienso que son problemas que se resolverían con una buena política social», ha destacado el Pontífice.

La problemática de las grandes ciudades

Francisco también muestra su interés por los problemas específicos de las grandes metrópolis, por ejemplo la existencia de tribus urbanas, y se refiere explícitamente a la segunda fase del Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades que se hará en noviembre en Barcelona. «En noviembre haremos en Barcelona un encuentro dedicado propiamente a la pastoral de las metrópolis», afirma el Papa Francisco.

El reto, las mujeres

Al ser preguntado por el lugar que ocupan las mujeres en la Iglesia, el Papa ha confesado que «son lo más bonito que Dios ha hecho. La Iglesia es mujer. Iglesia es una palabra femenina». Y ha admitido que es un tema del que no se habla demasiado pero en el que está trabajando.

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