Omella visita el Centro Abierto de Torre Baró
El arzobispo de Barcelona se reúne con Cáritas Diocesana en el barrio de Ciutat Meridiana y Vallbona para conocer la realidad que rodea a los niños de la zona

Entre todas las visitas programadas a los arciprestazgos y a las diversas entidades de la diócesis de Barcelona, ​​el arzobispo Mons. Juan José Omella se citó con el Centro de Día de Acción Eductiva Torre Baró, ubicado en el barrio de Ciutat Meridiana y Vallbona. Se trata de un centro social gestionado por Cáritas Diocesana de Barcelona, ​​con el apoyo de Programas Familia e Infancia, que realiza actividades lúdicas, formativas y el seguimiento de los niños y niñas en situación de riesgo y de sus familias.
Implicación para el futuro
El arzobispo de Barcelona, ​​Joan Josep Omella hizo una visita el pasado viernes para entrar en contacto con la tarea que se lleva a cabo y sumarse a los esfuerzos para luchar contra la problemática que rodea a los niños y jóvenes que acuden.
El centro nació en 1990 como una alternativa al internamiento de los niños en riesgo y seis años más tarde se fusionó con la parroquia Santa Bernadet, convirtiéndose, así, un Centro Abierto que acoge actualmente 38 niños y niñas de entre 6 y 14 años.
Omella se reunió con el director de Cáritas, Salvador Busquets, con la cabeza de Acción Social de la entidad, Eduard Sala y con los responsables del Centro Torre Baró. Estos ponerlo en contexto y expusieron el tipo de cuidado y apoyo se da como: refuerzo escolar, hábitos de estudio, relación con el entorno, meriendas y dos dias de cenas, actividades lúdicas, etc. Todo tipo de acciones básicas, para ayudar en el crecimiento de los niños y compensar las dificultades económicas, sociales y culturales que les ha llevado su origen y la crisis económica.
El objetivo de toda esta tarea que los educadores del centro realizan busca también, velar por la evolución en el proceso de escolarización, fomentar la implicación de las familias, detectando al mismo tiempo las posibles situaciones de riesgo, atender a las familias en diferentes campos y dar una atención personalizada que ayude a su desarrollo.
Un «huerto» en crecimiento
Tras conocer y estudiar algunas de las problemáticas, los niños conocieron el arzobispo. Entre saludo y saludo, el Omella fue entrando en las instalaciones del centro: cocina, comedor, aulas de estudio, de lectura, de otras más lúdicas habilitadas con un supermercado propio. También el jardín, con un huerto que crece, día a día, con la paciencia y la perseverancia que los niños ponen regándolo y cuidándolo. Una perseverancia que Omella agradeció a los educadores, los cuales con su dedicación e implicación son un aliciente para el futuro de estos pequeños que el día de mañana llevarán la sociedad.