Omella se estrena con la Merced con un mensaje para el bien comú

El arzobispo de Barcelona mujer pide a la Virgen por la unión de los dirigentes para hacer una "sociedad más unida, más libre y más justa"

Más de 900 personas se congregaron en la Basílica de la Virgen de la Merced para festejar su solemnidad. Entre los asistentes destacaban las personalidades del ámbito político, como el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont o el ex-presidente Artur Mas, que asistieron acompañados de consejeros y concejales de la Generalidad. Estos fueron recibidos por el arzobispo Juan José Omella que presidió por primera vez la tradicional celebración de la patrona de la ciudad, dando un mensaje para el bien común

El arzobispo de Barcelona celebró junto al obisbo de Sant Feliu de Llobregat, Mons. Agustí Cortés, y el obispo auxiliar de Terrassa, Mons. Salvador Cristau, por ser la Merced patrona de toda la provincia eclesiástica de Barcelona. Además, vino de Mozambique el obispo Mons. Alberto Vera, de origen riojano y del orden de los Mercedarios.

Jóvenes y familia

En la homilía, Omella quiso dar un ramo de tres rosas a la virgen de la Merced: una, de los jóvenes; la segunda, de la familia; y la tercera, de los dirigentes y la sociedad.

Respecto a la primera, pidió por una sociedad llena de «jóvenes entusiastas», los preferidos del Señor,  «los cuales deben aportar su grano de arena en la construcción de un nuevo mundo». «Ellos son el futuro de la sociedad y de la Iglesia», dijo. En segundo lugar, por la unidad de la familia y, concretamente, por la unión del matrimonio, poniendo como ejemplo la familia de Nazaret.

«Más unida, más libre y más justa»

La tercera rosa llevaba un mensaje de cohesión para todos los dirigentes. Según dijo, «todos aquellos y aquellas que tienen alguna responsabilidad e influencia social y política, que trabajen por el bien común y por la construcción de una sociedad más unida, más libre y más justa». Pidió que no se excluyera a nadie «en esta tarea de crear puentes, de atender las demandas sociales, empezando por los pobres y necesitados, de establecer ámbitos de cultura y de formación en valores morales», añadió Omella.

hasta el Ayuntamiento

Al terminar la misa, el arzobispo subió a rendir homenaje a la madre de Dios en el camerín y agradeció a las personalidades su asistencia. Seguidamente, comenzó el camino hacia la plaza Sant Jaume con los gigantes y los cabezudos. Junto con la alcaldesa, Ada Colau, y el presidente Puigdemont y las otras autoridades, el arzobispo se unió a la marcha, hasta llegar al Ayuntamiento, donde escuchó el discurso de la alcaldesa que deseó buenas fiestas a los barceloneses, y brindó con todos los presentes por la patrona de la ciudad.

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