Omella pide a la Fundación Joan Maragall que «armen lío»
La FJM inaugura un nuevo curso por primera vez con el arzobispo de Barcelona que les anima a continuar con el diálogo entre la cultura y la fe

La Fundación Joan Maragall ha iniciado un nuevo curso, este año, con presencia del arzobispo Juan José Omella, que por primera vez asistido al acto inaugural. También se estrenaban miembros en el patronato, como Núria Iceta, Margarita Mauri y Jaume Angelats. La lección inaugural corrió a cargo del Dr. Francesc Torralba que llevaba por título Humanismo, transhumanismo y posthumanismo. Ensayo de discenimiento. También se hizo público el galardonado por el XXV premio Joan Maragall, Jordi Pigem, y el destinatario de la ayuda de la fundación para David Colomer.
ADN FJM
El presidente de la Fundación Joan Maragall (FJM) Josep Maria Carbonell abrió el acto recordando el ADN de la fundación, que se centra en «seguir promoviendo el debate intelectual desde nuestras convicciones cristianas, con los grandes corrientes ideológicas , filosóficos y científicos que nos rodean «. Un debate hoy día ubicado hoy en día en un mundo «fragmentado», según Carbonell, donde la diócesis de Barcelona juega un papel líder con las problemáticas propias de las grandes ciudades. Como dijo, «la acción evangelizadora de la Iglesia pasa por el ámbito de la cultura y en las grandes ciudades estas son una evidencia y una particularidad evidentemente importantes». La solución, según el presidente de la fundación, camina en la dirección del papa Francisco, «para acoger, escuchar, comprender y ofrecer un relato de sentido a tantas personas que se encuentran huérfanos de sentido y esperanza.
Desmontando el transhumanismo
En esta línea y reflexionando en el futuro, se enmarcó la lección del Dr. Francesc Torralba, con el nombre de Humanismo, Tranhumanisme y posthumanismo. Ensayo de discernimiento, para reflexionar en el futuro de la condición del ser humano. Alegó contra el humanismo, argumentando como ningún ser vivo se puede entender como un «paquete de genes» y asegurando que hay más maneras de entender la felicidad más allá de la tecnología. Aseguró como esta no puede vencer todo, empezando por la finitud de las personas.
Según expresó Torralba, «frente a la finitud, está la posición estoica que postula transitar de la amarga resignación a la serena aceptación, pero también hay otra posición; la esperanza cristiana, la confianza de que no estamos solos, el esperanza de que el infinito sostenga lo que es finito y lo libere de la limitación «.
Creamos «lio»
El arzobispo Mons. Juan José Omella clausuró el acto agradeciendo la labor que realiza la Fundación y «contento de este diálogo entre la fe y la cultura en la sociedad». «Necesitamos estos espacios de reflexión tan importante, continuen haciendo este trabajo de abrir los caminos para que todo tomemos conciencia de la dimensión trascendente de la vida«, dijo.
Describió la gran responsabilidad que les recae a la Fundación que tiene el objetivo de ayudar a los jóvenes a abrir las ventanas del corazón a los valores trascendentes del cristianismo. En segundo lugar, a mirar más allá de lo que ven sus pequeños y grandes ojos, y finalmente, descubrir que la vida no termina en esta tierra.
Siguiendo las bases de lo que ya había anunciado Torralba en su exposición, que contemplaba superación de lo finito, no por la tecnología, sino por la fe, Omella expuso la necesidad «de hombres y mujeres que con los pies bien firmes sobre la tierra, con una mirada que vaya más allá y anuncien que por sobre las miserias de este mundo hay una tierra nueva donde poder vivir felices «. Una tierra donde entraremos «si sabemos vivir con esperanza», dijo Omella.
Por último pidió al presidente Josep Maria Carbonell, que creen «lio», tal como el Papa dice.
Premio y ayuda de la Fundación
La ayuda de la Fundación fue destinado para el proyecto de La Libertad Religiosa como bien jurídico protegido, de David Colomer, un tema hoy día central por la situación global del mundo, que reflexiona en la persona desde su condición religiosa y legal. Por otra parte se dio el XXV Premio Joan Maragall Jordi Pigem por la obra Angels, Robots. La interioridad humana en la sociedad hipertecnológica a la luz de Guardini, Panikkar y la Encíclica Laudati Si ‘.