Núria de Gispert: «Sin las personas, las ciudades no laten»
La ex-directora de Cáritas reivindica la implicación de las personas para conseguir una sociedad justa teniendo "utopías y esperanza"

El pregón de la Merced permite escuchar grandes personalidades de la ciudad de Barcelona. A lo largo de los años han pregonado científicos, cocineros, periodistas, artistas … Este año ha ido a cargo de Núria de Gispert, antigua regidora del Ayuntamiento de Barcelona y conocedora de la vertiente más necesitada de los ciudadanos, a raíz de su etapa como directora de Cáritas, la que ha pedido para unas condiciones justas y para la igualdad de las personas.
«Hay que invertir en las personas»
Las personas han sido el eje central del pregón de las fiestas de la Mercè este 2014. «Hay que invertir en las personas, sin las personas las ciudades no laten» así lo explicaba la ex directora de Cáritas, Núria de Gispert, en el Salón de Cent del Ayuntamiento en este primer día de las fiestas de la Mercè. En la situación de crisis actual, la cual «ha supuesto un paso atrás por el Estado del Bienestar», tal como declaraba, De Gispert ha insistido en la necesidad, ahora más que nunca, de que las administraciones y entidades velen por la calidad de vida de las personas mayores y jóvenes. «No podemos dejar que nuestros jóvenes vayan a buscarse el futuro fuera. No podemos permitir que las personas mayores no tengan una buena vejez, no podemos dejar marchar el talento», declaraba el activista social.
El ex directora de Cáritas, en el pregón, recordó su paso al frente de esta entidad social, y como se topó con la realidad de desigualdad en que viven muchos ciudadanos, al ver «determinadas situaciones personales y sociales que pasaban a la ciudad de Barcelona. Estar al lado de los más débiles, los más desfavorecidos, los que estaban al lado del precipicio, en las alcantarillas de la ciudad». Es por ello, que ha insistido en la «transparencia de las administraciones», de manera que las personas puedan actuar con claridad, ya que son el «potencial de las ciudades». «Hay que consultar, si conviene hay que negociar, hay que escuchar la voz de la ciudadanía. No se puede, sin embargo, hacer populismo. Las cosas deben hacerse bien hechas», añadía.
La Iglesia en la ciudad
Para que el reclamo fuera posible, ha apostado por recuperar los valores y la ética, de manera que se deje de lado las desigualdades y la sociedad pueda contar con «las mismas oportunidades y no haya personas excluidas en el mundo». En esta llamada, también habló del papel del cristianismo, que considera un «proyecto altruista y de ayuda al prójimo», y el de la Iglesia, la cual «debe arremangarse y dar apoyo a todas aquellas personas que necesitan ayuda».
Además de apelar a las instituciones, ha hecho un reclamo a las personas en particular, para aquellas tareas de voluntariado, con una sociedad implicada en los problemas de su ciudad, una ciudad que debemos amarnos. Reclamó «tener utopías, debemos tener esperanza. A pesar de las dificultades existentes pensar que nos en-adelante «.
Barcelona, ​​la voz de los ciudadanos
En resumen, un pregón por una Barcelona digna para las personas, una ciudad que como definió es «coqueta y presumida, es alegre, festiva, acogedora, polivalente, encantadora, sabia, entusiasta y fascinante. Qué es hermosa con be alta y también con uve. Pero a veces está triste, preocupada, pensativa y enfadad «.