“Necesitamos revalorizar la dignidad de la política y la de quienes la ejercen”

NOTA INFORMATIVA «No podemos prescindir de los políticos. Por eso hay que poner de relieve la dignidad de la política y de quienes la ejerce.» El cardenal de Barcelona defiende el servicio de los políticos en la misa celebrada en la Merced con motivo de la fiesta de San Tomás Moro, patrono de los políticos [...]

NOTA INFORMATIVA

«No podemos prescindir de los políticos. Por eso hay que poner de relieve la dignidad de la política y de quienes la ejerce.»

El cardenal de Barcelona defiende el servicio de los políticos en la misa celebrada en la Merced

con motivo de la fiesta de San Tomás Moro, patrono de los políticos

Barcelona. «No podemos prescindir de los políticos. Por eso hay que poner de relieve la dignidad de la política y de quienes la ejercen», dijo ayer el cardenal de Barcelona, ​​Dr. Lluís Martínez Sistach, en la misa que con ocasión de la festividad de San Tomás Moro, patrono de los políticos y los gobernantes, celebró en la basílica de la Virgen de la Merced.

La misa estaba organizada por la Archidiócesis de Barcelona, ​​conjuntamente con la institución «Persona y Democracia – Joaquim Xicoy».

En la primera parte de la homilía pronunciada en esta misa, el cardenal Martínez Sistach recordó el testimonio de san Tomás Moro, en el que «las exigencias de su conciencia pasaron por encima de los deseos de su monarca» y subrayó que de la vida de este mártir de la fe cristiana «brota un mensaje que a través de los siglos habla a los hombres de todos los tiempos de la inalienable dignidad de la conciencia».

Refiriéndose a los políticos de Cataluña, el cardenal defendió las raíces cristianas del país, que -dijo- «considero que deberían configurar, con toda la apertura necesaria a los tiempos que vivimos y viviremos, nuestra identidad. En medio del clima de globalización en que vivimos. Y dado el fenómeno de la inmigración, que ha estado muy presente en nuestro país, debemos ser muy cuidadosos en mantener nuestra identidad que, como siempre ha pasado en nuestra milenaria historia de país de marca, no nos ha cerrado, sino que nos ha fortalecido para abrirnos a las otras etnias y culturas que han llegado a nuestra tierra, acogiendo e integrando a nuestra identidad lo que la enriquece y ofreciendo todo lo bueno que tenemos a los que vienen de fuera. Esto hoy nos es muy necesario para la debida integración de los hermanos inmigrantes que vienen a nuestro país, porque los necesitamos y lo necesitan».

Después, el cardenal insistió en la dignidad de la política. «Queridos políticos, nadie puede negar que este compromiso político que habéis asumido tiene una gran dignidad moral, y si lo ejercéis como un acto de entrega personal al servicio de la sociedad os exige mucha generosidad y desinterés. Y eso ya sabéis que no siempre es fácil».

«Vuestro servicio político en una sociedad democrática pide escuchar constantemente lo que necesita y pide el pueblo para que pueda ejercer sus derechos y sus deberes. Hoy, como consecuencia de la grave crisis económica mundial, el número de parados ha llegado ya a los cinco millones de personas, con un 40% por lo que se refiere a los jóvenes. El clamor para poder tener trabajo es unánime, como observamos en las manifestaciones por todas partes y es una constante de quienes vienen en aumento a Cáritas para poder subsistir. Es un clamor legítimo que todos lleváis en el corazón y en la cabeza y en la medida de lo posible convendría que se dieran signos que explicitaran esta preocupación de los políticos de toda Europa y del mundo para encontrar soluciones a esta cuestión, que es de país, de Estado y no de un partido, de un sindicato o de la patronal, sino que pide actuaciones unitarias de todos.»

Barcelona, ​​21 de junio de 2011

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