Mons. Tena, un gran maestro en la reflexión teológica y en la pastoral de la liturgia
Se puede decir que la vida terrenal de Mons. Pere Tena Garriga, obispo auxiliar emérito de Barcelona, ha sido una vida dedicada a promover la vida litúrgica de la Iglesia, para vivir y ayudar a los cristianos a vivir las celebraciones de la fe como obra de Cristo y de su Cuerpo, que es la [...]

Se puede decir que la vida terrenal de Mons. Pere Tena Garriga, obispo auxiliar emérito de Barcelona, ha sido una vida dedicada a promover la vida litúrgica de la Iglesia, para vivir y ayudar a los cristianos a vivir las celebraciones de la fe como obra de Cristo y de su Cuerpo, que es la Iglesia.
Mons. Pere Tena Garriga ha sido un trabajador incansable al servicio del estudio y de la divulgación de la sagrada liturgia, sobre todo de las enseñanzas que sobre esta materia propuso el Concilio Vaticano II. Su bibliografía más actualizada, publicada en la tesis doctoral de Juan José Moré titulada Eucaristía y Penitencia. Sus aspectos teológicos, espirituales y pastorales en la obra de Mons. Pere Tena (Barcelona, 2013). La lista de su escritos -libros y artículos- incluye 277 entradas, sin contar sus 80 editoriales publicados en la revista de pastoral litúrgica Phase, fundada por él.
Pere Tena Garriga nació en Hospitalet de Llobregat el 14 de mayo de 1928. Estudió en el Seminario Conciliar de Barcelona, donde estuvo desde los 12 hasta los 23 años, cursó los estudios de Humanidades, Filosofía y Teología. Amplió estudios y se doctoró en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma con una tesis doctoral sobre La palabra Ekklesia. Estudio histórico-teológico (Barcelona. 1958) .
Profesor de la Facultad de Teología de Cataluña
Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1951 en la capilla de los PP. Jesuitas de San Cugat del Vallés. Ejerció el ministerio en varias parroquias de la diócesis de Barcelona, de las que podemos destacar la parroquia de Sant Joan d’Horta, de Santa maria de Gràcia y de
De esta manera, del año 1956 al 1967 ejerció la docencia como profesor del Seminario Conciliar de Barcelona y después de la Facultad de Teología, en el período que va de 1967 a 1984, en el que ocupó los siguientes cargos: Decano de la sección de San Paciano (1967-1972), vicepresidente de la Facultad (1972-1973, 1976-1979) ; presidente de la Facultad (1973-1976, 1979-1984). Además fue profesor de la Facultad de Teología de Cataluña de 1984 a 1993, donde además fue presidente el curso 1984-85.
Fundador del Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona
Fue el fundador, el promotor y el primer presidente del Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona (1963-1973, 1982 a 1987). Dirigió la revista Phase desde su inicio en el año 1961 hasta 1987, y también ha colaborado en muchas revistas y publicaciones del ámbito litúrgico y sacramental.
Desde 1985 fue profesor y director del Instituto Superior de Liturgia de Barcelona, incorporado a la Facultad de Teología de Cataluña, desde el que ha impulsado el estudio científico de la liturgia.
Mons. Pere Tena ha sido siempre un hombre lúcido y realista, entusiasta en todas aquellas cosas que ha realizado, al tiempo que paciente y fuera de todo desánimo, incluso en los momentos más duros y difíciles, como fueron los años que siguieron al Concilio Vaticano II, con una fuerte crisis de las instituciones y de las personas cristianas. En 1986 fue nombrado canónigo de la catedral de Barcelona.
Colaborador del Papa Juan Pablo II
En 1987 fue nombrado por Juan Pablo II como subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Curia romana, cargo que ejerció hasta 1993. Mons. Tena recordaba este período como una de las experiencias más satisfactorias de su vida. Fue para él la experiencia de abrirse a la vida de la Iglesia de todo el mundo. Esto le permitió vivir y confrontar la situación espiritual de los diversos países, así como su forma de aplicar la reforma litúrgica del Vaticano II.
En este periodo de especial colaboración con el Papa Juan Pablo II participó en la elaboración de algunos importantes trabajos litúrgicos: de la segunda edición del ritual del matrimonio, segunda edición del ritual de las ordenación y en la nueva edición del ritual de exequias. El Sr. Obispo recordaba este período como de gran ilusión, pero también de gran responsabilidad, porque había que pensar en las diferentes realidades de la Iglesia en todo el mundo, y encontrar lo que podía ir bien para todos los cristianos.
Obispo auxiliar de Barcelona
En 1993 fue nombrado por Juan Pablo II obispo titular de Cerenza y auxiliar del arzobispado de Barcelona, ​​entonces regido por el cardenal Ricard M. Carles. «La ordenación episcopal en Barcelona -dijo Mons. Tena- , en la plaza de la catedral, en aquella tarde inolvidable del primer domingo de septiembre de 1993, fue un acontecimiento sacramental culminante de mi vida cristiana. El lema que había elegido eran las palabras de Pablo a los Corintios: Adjutori Gaudio Vestri (2 Corintios 1,24), y muchas veces he recordado silenciosamente este texto, pero he comprendido también la verdad de la observación que me hizo el P. Triacca cuando le hablé del lema: Es muy difícil! , Recuerdo que me dijo. Para el escudo episcopal me inspiré en la figura medieval de la fe o de la Iglesia, repetida en muchos lugares: la cruz y el cáliz. En definitiva, el misterio de la fe anunciado y celebrado, la Palabra y la Eucaristía, medios con los que el Obispo, con su presbiterio, reúne en el Espíritu Santo el pueblo de Dios».
Entre 1983 y 1993 fue consultor del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. En 1995, junto con los otros obispos catalanes participó activamente en el Concilio Provincial Tarraconense.
En 1996, atendiendo a su gran experiencia en el campo de la pastoral litúrgica, fue elegido presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cargo que ejerció hasta 2002. También fue miembro de la Comisión de Relaciones Interconfesionales de la CEE, porque el ecumenismo fue uno de sus centros de interés.
En 2001, recibió el doctorado honoris causa en Sagrada Liturgia por el prestigioso Instituto Litúrgico de San Anselmo, llevado por la orden de los Benedictinos, donde leyó la lección doctoral titulada Manifiesto para la liturgia en el inicio del nuevo milenio.
Una vida dedicada a la liturgia, alma de la vida cristiana
Como dice el padre salesiano Juan Josep Moré i Ramiro (Barcelona, 1956), en la tesis que hemos citado y que ha dedicado al estudio de la obra y el pensamiento de Mons. Tena, «debemos decir que Pere Tena es un pedagogo de la reforma litúrgica». Efectivamente, eso es lo que se refleja en todo el contenido de su obra y de su pensamiento. Ha sido un gran maestro de la vida litúrgica, tanto en sus libros como en sus artículos y colaboraciones en diversos medios. Cabe destacar, en este sentido, sus colaboraciones de temas litúrgicos en el semanario Catalunya Cristiana, con los que ha hecho una verdadera maestría espiritual.
Ha sido uno de los grandes divulgadores del espíritu y de las disposiciones del Concilio Vaticano II en el tema de la liturgia. Dos de sus últimas actividades magisteriales fueron, por una parte, una conferencia sobre el quincuagésimo de la constitución del Vaticano II sobre la liturgia, en un acto celebrado en la Facultad de Teología de Cataluña y en una conferencia que pronunció en Madrid sobre el mismo tema. Para Tena, la asamblea eclesial litúrgica es mucho más que una simple reunión de amigos. Es la presencia de Cristo resucitado que nos reúne y nos vivifica en el espíritu Santo. Por eso la Iglesia es el lugar donde se manifiesta el Espíritu, y la celebración el lugar donde se nos hace cercano y activo Cristo glorioso. Como él mismo confesaba, quizás entre sus libros, lo que más refleja su pensamiento central es el titulado Celebrar el misterio(Barcelona, 2004) , que dedica la primera parte al Misterio de la Pascua de Cristo, el gran misterio de nuestra fe, y la segunda parte, como consecuencia y fruto de la primera, es una invitación a fijar la atención en los sacramentos, como actos de Cristo y fuentes de su gracia redentora en el tiempo de la Iglesia, como fuente y cumbre de la vida cristiana. En ambas partes se armonizan la reflexión teológica y la reflexión pastoral, en ambas el obispo Tena ha sido un gran maestro.
La otra actividad, casi póstuma, fue un ciclo de conferencias que él mismo organizó en la Residencia Sacerdotal de San Josep Oriol, donde ha vivido los últimos años, atendiendo a su hermano mayor, Mn. Francesc, y como padre y jefe espiritual muy querido por todos los sacerdotes residentes. En este ciclo de conferencias quiso que varias voces explicaran los dieciséis documentos del Concilio Vaticano II. Sólo se reservó para él la constitución conciliar de Liturgia, el documento que le entusiasmó cuando era un joven sacerdote y que ha inspirado toda su obra y su vida ejemplar de cristiano, de sacerdote y de obispo.