Mons. Paglia: «La Iglesia en Europa es triste»

El presidente del Pontificio Consejo para la Familia indica que «la Iglesia europea no está abierta a la dimensión comunitaria y, por ello, es triste» Mons. Paglia: «Testimoniar el Evangelio de la familia es la frontera de la Iglesia» El sábado 28 de diciembre, a las 17h, en el aula magna del Seminario Conciliar, Mons. [...]

El presidente del Pontificio Consejo para la Familia indica que «la Iglesia europea no está abierta a la dimensión comunitaria y, por ello, es triste»

Mons. Paglia: «Testimoniar el Evangelio de la familia es la frontera de la Iglesia»

El sábado 28 de diciembre, a las 17h, en el aula magna del Seminario Conciliar, Mons. Vincenzo Paglia pronunció una conferencia sobre «Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización», acto presidido por el Sr. Cardenal Arzobispo, que hizo la presentación del conferenciante, remarcando su visión amplia de la realidad de la familia en el mundo, recordando que es postulador de la causa de beatificación del arzobispo Oscar A. Romero y también el asesor eclesiástico de la Comunidad de Sant’Egidio. El Dr. Martínez Sistach añadió que su exposición sería una gran ayuda en el trabajo de la preparación en nuestra diócesis los dos próximos Sínodos dedicados a la familia, el extraordinario de 2014 y el ordinario de 2015.

Cuatro puntos a destacar

1. Una situación paradójica. Se reconoce que la familia es el motor del mundo y de la historia, que su salud beneficia a toda la sociedad y se valoran mucho los vínculos familiares. Sin embargo, la cultura individualista y consumista actual, a la que se añade el fenómeno de la globalización, hacen que se produzca el fenómeno de la ruptura de muchas familias, el aumento de divorcios y la existencia de muchas familias monoparentales. La explosión de las familias es el principal problema de la sociedad actual.

2. La globalización y la creciente individualización de la sociedad contemporánea. La exasperación de una cultura individualista lleva a un cierta forma de idolatría que pone el «yo» antes que los «vínculos familiares», con un aumento de familias unipersonales. Los vínculos familiares se consideran insoportables y se niegan los vínculos permanentes y las uniones estables (es la llamada «sociedad líquida» llevada al ámbito familiar). El individualismo y un cierto sentido de la libertad lleva a preferir la mera convivencia en el matrimonio.

3. Necesidad de la fidelidad familiar, los vínculos estables. Sin embargo, se tiene una creciente conciencia de que la «dictadura del individualismo» es un engaño y produce una soledad y un dolor crecientes, porque la persona humana está hecha para la comunión: «No es bueno que el hombre esté solo» (Génesis). La familia es la base de la sociedad humana porque en ella se empieza a vivir el «nosotros», los vínculos de solidaridad y de compromiso social, que luego se extienden hasta la comunidad cristiana e incluso a la humanidad como «familia de los pueblos» o «familia de las naciones». El eclipse de la familia tiene unas vinculaciones con el eclipse de Dios en la sociedad occidental.

Es urgente promover una nueva cultura de la familia. El creciente interés por el Papa Francisco demuestra que el mundo actual, a pesar de todo, busca un «padre», un punto de referencia. La Iglesia y las Iglesias deben promover el «Evangelio de la familia», esta es su nueva frontera. Por ello, el Papa ha convocado dos sínodos episcopales sobre la familia en el contexto de la evangelización.

La Iglesia es depositaria de una visión de la familia que es un tesoro extraordinario, no es una teoría, sino una realidad. Las familias cristianas deben mostrar, con su testimonio, el valor de la fidelidad llevada a veces hasta el heroísmo.

4. La necesaria ayuda a la familia. La familia, que San Crisóstomo dice que es una Iglesia doméstica no debe vivir sola y aislada, porque eso la encierra en sí misma, y en cambio debe ir más allá de sí misma. Hay un individualismo cristiano que destruye nuestras comunidades cristianas. Es necesario que haya una constante ósmosis entre la familia y la comunidad cristiana. El próximo Sínodo se planteará este aspecto comunitario de la familia, y también la igual dignidad del hombre y la mujer, la cultura del matrimonio, la identidad propia del hombre y de la mujer, buscando dar una respuesta convincente a la «ideología de género». También tratará cuestiones como los derechos de la familia, los derechos de los niños y los ancianos, el derecho a descanso, el invierno demográfico, la violencia familiar, la proliferación de roturas matrimoniales y de divorcios, la precocidad de las experiencias sexuales en los adolescentes, la educación sexual como responsabilidad de los padres, entre otros.

En Barcelona -dijo finalmente el arzobispo Paglia-, para preparar el próximo Sínodo y promover un «Evangelio de la familia», tiene una gran ayuda en ese gran creyendo que fue Antoni Gaudí, que le ha dejado un gran monumento cristiano que recuerda en la ciudad y al mundo este verdadero tesoro para la Iglesia y para el mundo, que es la familia entendida «como comunidad de amor y de vida».

Coloquio con los asistentes

Durante 45 minutos, Mons. Paglia contestó a las preguntas que le hicieron los asistentes, entre los que había muchos miembros de los movimientos matrimoniales. También estaba el Sr. Obispo auxiliar, Mons. Sebastià Taltavull, los Vicarios Episcopales, el Secretario general y Canciller, Mn. Sergi Gordo, y el delegado de Pastoral Familiar, Dr. Manel Claret, con otros profesores de la FTC y de la FFC.

A la pregunta sobre la incidencia de la crisis económica sobre la familia, Mons. Paglia contestó que la familia es aprovechada socialmente, pero poco ayudada por los políticos. La familia es como la primera empresa de la sociedad: tiene un sentido del ahorro y proporciona nuevos ciudadanos, el descenso de nacimientos y el aumento de los años de vida, hace que crezcan los costos y disminuyan los trabajadores de la sociedad, al disminuir los nacimientos.

A la pregunta sobre qué hará el próximo Sínodo, el Arzobispo Paglia dijo que se prevé que seguramente propondrá acoger mejor en la Iglesia a los cristianos divorciados que se han vuelto a casar, que es necesario que las Iglesias de Europa se abren a la dimensión comunitaria, y que se promoverán los movimientos de espiritualidad matrimonial y familiar.

Ante una pregunta sobre qué podemos hacer los padres si sus hijos tienen sentido social y son generosos, pero no en la Iglesia, dijo «hay que trabajar para que estos jóvenes se encuentren mejor a la comunidad cristiana que los grupos a los que van estos hijos. Debemos trabajar para que nuestras eucaristías no tengan el aire de una clase, de una explicación doctrinal, sino que, siendo como son un acto de amor de Jesús, toquen el corazón y muevan las personas a amar más al Señor.

Respecto del próximo Sínodo dijo que trabajará para responder a las expectativas presentadas y con el propósito de aplicar el «principio de la misericordia» y para hacerlo como quiere el Papa Francisco -que la Iglesia tenga conciencia de ser un «hospital de campaña» en medio del mundo, aplicando el principio que dice: Salus animarum, suprema lex.

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