Mons. Omella: «Todos somos Sagrarios que llevamos a Cristo»

El arzobispo de Barcelona estrena en la festividad de Corpus Christi en la ciudad, en que agradece a la diócesis su caridad, "la misión de los cristianos en el mundo actual"

Unos desde la ventana intentando captar el mejor momento y otros a pie de calle, con la GoPro preparada. Es esta la expectación que levanta la celebración de la Solemnidad de Corpus Christi, en la que la Eucaristía corona el centro de la ciudad, haciendo patente su presencia.

Este año, Omella se estrenaba en la festividad de Corpus en Barcelona, ​​que dejó llena a rebosar la Plaza Nueva. Feligreses e invitados especiales, como las cofradías, las hermandades o los niños de la primera comunión, no faltaron a esta cita, la celebración cristiana que, como dijo el arzobispo en la homilia, es la «tradición» recibida por Cristo en la Última Cena.

«Tenemos que ser pan»

Una tradición que, según dijo, supone la celebración del rito, la fe en la simbología del pan y el vino, y una invitación para cada cristiano que expresó Jesús cuando dijo «haced esto en memoria mía», pidiendo así a sus discípulos ser pan para los pobres. Segun expuso el arzobispo, «los cristianos que participamos de la celebración Eucarística debemos ser pan, comida, alimento, esperanza, alegría por los hermanos «.

Omella hizo un llamamiento a la buena transmisión de fe entre las familias cristianas, a través, de su testimonio. «No sólo hay que hablar de Dios, de Jesucristo, de la Iglesia, de la oración y de los sacramentos- dijo el arquebisbe-. Primero hay que hablar a Dios, seguir a Jesucristo, sentirse miembro vivo de la Iglesia, rezar y participar en los sacramentos», añadió.

Misión de Caridad

Recordó que se celebra el día de Corpus, el día de la caridad, en  que «se nos invita a mirar a los pobres como los miraba y los quería Cristo». Según añadió Mons. Juan José Omella, la caridad es «la misión de los cristianos en el mundo actual», y  «no debemos olvidar que, en una sociedad tan compleja como la actual, la comunidad cristiana será creíble en la medida que se convierta en hogar de los desvalidos y casa de los marginados y excluido «, dijo.

En esta línea, el arzobispo aprovechó para agradecer a todas aquellas entidades y organizaciones de la diócesis que centran su actuación en la ayuda hacia los más necesitados. Comedores, centros sociales, y todas aquellas acciones solidarias para las que el arzobispo dio un sincero agradecimiento

Procesión y despedida

Se preparó la custodia para pasar encima de la alfombra de flores, ya preparada. Y la procesión comenzó, con todas las hermandades y cofradías, niños de la primera comunión, sacerdotes y el arzobispo que caminaba al ritmo de la custodia que le seguía. El camino se hizo por el Portal del Ángel, la calle Comtal, Via Laietana y hasta llegar a la catedral, donde le esperaban los cabezudos y el «bestiari», que se reverenciaron ante la custodia.

Al volver a los pies de la catedral, el arzobispo Omella hizo la bendición del Santísimo y, a continuación, brindó un último mensaje. Por una parte, agradeció la asistencia de todos y, en segundo lugar, recordó que cada uno de los cristianos lleva a Dios en su interior, y que «es sagrario, custodia que lleva a Cristo».

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