Mons. Omella: «Sólo evangeliza quien se ha dejado encontrar por el Señor»
Los religiosos y religiosas de Cataluña clausuran el Año de la Vida Consagrada, con la ceremonia de la Candelaria y inician un nuevo lema de misericordia

La Catedral de Barcelona acogió este 2 de febrero la Celebración de la Candelaria, la Jornada Mundial de Vida Consagrada, presidida por el Arzobispo de Barcelona y celebrada con los miembros de las diferentes congregaciones religiosas. Una celebración que cobraba especial relevancia por ser también la misa de clausura del Año de Vida Consagrada, un año donde se ha dador empuje a todos los religiosos y religiosas para activarse de cara a la evangelización.
Candelas, la luz del mundo
Tal y como marca el protocolo, se hizo la procesión de entrada hasta el coro del templo, donde tuvo lugar el rito de encendido de las candelas, momento en que los religiosos y religiosas fueron encendiendo las velas, como símbolo de la presentación de Jesús en el templo, que se convierte en la luz del mundo. Mons. Juan José Omella esparció agua bendita sobre las candelas, y así, se dio paso a la celebración.
Cierre de Año de la V.C.
El presidente de la Unión de Religiosos y Religiosas de Cataluña (URC), el Padre Màxim Muñoz, intervino con unas palabras de agradecimiento por «este año vivido». Se refirió, especialmente, a los miembros de las diversas comunidades y congregaciones religiosas, que han participado mostrando «dinamismo de animación y formación» con diversas inquietudes e iniciativas y sumándose a las diferentes actividades organizadas.
También, agradeció a los obispos catalanes su estímulor recibido y al Santo Padre, que con sus palabras y, más concretamente, con sus dos textos (Evangelii Gaudium y Laudato Si) ha dado una hoja de ruta para encarar todo el Año. Según expresó, dos escritos «muy presentes desde donde sentimos muy adentro la llamada del papa en salida reflexión para ser una Iglesia en salida hacia las periferias».
Un año según el Presidente de la URC en que tal como pedía el lema marcado por Francisco, se ha recordado el pasado en agradecimiento, se ha vivido presente con pasión y abrazado el futuro con esperanza. Un mensaje que el presidente de la URC, el Padre Máximo Muñoz animó a mantener. «El lema que el Papa nos propuso este año ha penetrado dentro de nuestros corazones y queda como un faro que lejos de agotarse en este año está llamado a inspirarnos y espolear hacernos en los próximos años llenos de retos» , dijo.
Divisa de misericordia
Como nuevo año, se inicia tambien una nueva divisa que marcará este 2016: «La vida consagrada, profecía de misericordia». Un lema que según Muñoz, «se convierte en un estímulo importante del que la Iglesia puede y debe esperar» de todos los religiosos, de su vida y de sus gestos. «El tuétano del Evangelio de Jesucristo, el Dios, Padre y Madre que es amor, ternura y pésame, especialmente por los que sufren».
Claves de evangelización
El arzobispo Juan José Omella se dirigió a todos los religiosos y religiosas en el momento de la homilía. De entrada, para agradecer su tarea, que les pide «ser transparencia del amor misericordioso de Dios». Una misión de evangelizadores, para la que necesitaban sólo una clave: estar tocado por Dios. «Sólo evangeliza que se ha dejado encontrar por el Señor y ha hecho una experiencia de amistad con él». Un encuentro, que según Omella «se realiza fundamentalmente con la oración».
Recordó a los presentes tener siempre presente a Dios, quien les ha llamado a trabajar en la viña del Señor, y no olvidar a quienes se encara su misión, «los hombres y mujeres de todos los tiempos». Según especificó, el medio para esta misión es la confianza en su Palabra y vivir con sus normas, sabiendo que «el Señor siempre nos acompaña».
Para llevar esta misión a la práctica, les dio tres parámetros, claves en esta nueva evangelización que se les propone. En primer lugar, «acoger nuestro mundo» y todo lo que en él habita que es resultado de la creación de Dios. Por otra parte, «acoger a uno mismo como don«, entendiendo que «no nos hemos hecho a nosotros mismos, ni las cosas que nos rodean», sino que todo es resultado de Dios y, en tercer lugar «acoger la vida futura, en el sentido de la vida«.
Las tres observaciones, «vías para liberar de las tres prisiones: la prisión de la percepción del mundo como producto humano, la prisión del egoísmo y la prisión del horizonte sin futuro».
Visita a las congregaciones
Los miembros de las diferentes congregaciones se unieron a la celebración y participaron en diferentes partes de la ceremonia. No faltó la petición por la lluvia en el momento de las oraciones, petición que Omella ha hecho recientemente. Antes de despedirse comunicó a todos que después de visitar los arciprestazgos comenzará a visitar las diferentes congregaciones para entrar más en contacto con todos los religiosos y religiosas de su nueva diócesis.