Mons. Omella: “El Jueves Santo es como un bello tríptico compuesto por tres escenas”

El Arzobispo de Barcelona remarca la eucaristía, el lavatorio de pies y el ministerio del sacerdocio en su reflexión para este Jueves Santo

Si el Jueves Santo fuera un cuadro sería, según Mons. Omella, un “bello tríptico” compuesto por tres escenas: la primera, dedicada a la Eucaristía, fuente de salvación de los cristianos; la segunda sería el lavatorio de pies, que evidencia el “humilde servicio hecho por amor”; y, por último, la tercera escena sería la de la institución del sacerdocio, para que los cristianos puedan “valorar el trabajo de los sacerdotes”. A continuación, se reproduce el texto íntegro de esta reflexión dedicada al Jueves Santo que se ha emitido en 13TV.

Texto íntegro

El Jueves Santo es como un bello tríptico compuesto por tres escenas.

1.- La primera es el regalo de la Eucaristía.

Ahí vemos que Jesús se sienta en la mesa con sus amigos y les dice, al tomar el pan y el vino: “Este es mi cuerpo entregado por vosotros”, “Esta es mi sangre derramada por vosotros”. Son las mismas palabras que repite la Iglesia tantas veces como celebra la Eucaristía. Es el mismo Señor el que cada día, en cada Misa, invita a alimentarse de aquel pan y de aquel vino, que son su propio cuerpo y su propia sangre; vida entregada por nosotros.

Pan y vino que son la medicina para ayudarnos en nuestra vida; pan y vino que cada día nos hacen más parecidos a Jesús; a desear las cosas que Él podía desear; a saber vivir la vida que es testimonio y ejemplo de la suya.

Este alimento compartido con nuestros hermanos es para nosotros fuente de salvación.

2.- La segunda escena es el lavatorio de los pies como gesto de amor y servicio.

Jesús se levanta de la mesa, se quita el vestido, se ciñe una toalla y después, tomando una palangana con agua, se dirige a sus discípulos, se arrodilla ante ellos y les lava los pies. ¡Es un gesto impresionante! El maestro y Señor arrodillado delante de sus discípulos y de quienes le abandonan. Lava sus pies, los seca con la toalla y los besa. Este ejemplo rompe nuestros esquemas de amor a dignidades y “carrerismos”. Es el ejemplo del humilde servicio hecho por amor.

3.- La tercera escena es la institución del sacerdocio, ministro de la Eucaristía.

Día hermoso para valorar el trabajo de los sacerdotes y para pedir al Señor que conceda a nuestras comunidades santos sacerdotes, servidores de todos, especialmente de los más pobres. “Sacerdotes con olor a oveja”, como dice el papa Francisco.

Hermanos, que Dios os bendiga a todos. 

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