Mons. Carlos Osoro: «Hay que aprender a tener una Iglesia en salida, pero no de cualquier manera»
El Arzobispo de Madrid hizo hincapié durante el Congreso en una Iglesia que sale al encuentro del hombre

-¿Cuáles son los retos de su diócesis?
Hace poco que estoy en la diócesis de Madrid, pero puedo decir que existe la necesidad de hacer posible que tengamos una Iglesia en salida. Por tanto, es una Iglesia contemplativa, pero que no se mira a si misma, sino que sale a las periferias.
-¿Cuál ha sido su aportación en este Congreso?
En primer lugar, con mi presencia he podido aportar pocas cosas. Sobre todo quiero escuchar. En la primera parte no asistí, ya que aún no era Arzobispo de Madrid, pero estos días han sido unos días donde la esperanza, donde el mandato del Señor, se han incorporado a nuestra existencia.
Los retos en las grandes ciudades, como Barcelona y Madrid, son comunes?
Los retos son similares en todas partes. Quizás el ayudarnos a buscar respuestas a los retos que tenemos es la importancia singular de lo que estamos haciendo.
Tienen el asentimiento del Papa Francisco?
Lo ha manifestado en otras ocasiones siendo el Arzobispo de Buenos Aires. Él se expresó a favor de esta pastoral, por los acentos que debía tener. A través de congresos e iniciativas como esta, aplicar este camino marcado por el Santo Padre es más posible.
Hay desconocimiento teológico sobre la Pastoral aplicada a las Grandes Ciudades?
Más que desconocimiento falta una reflexión sobre lo que se debe hacer en estos momentos, porque ciertamente las situaciones han cambiado. De una Iglesia que en muchos casos se miraba a sí misma, ahora resulta que se le pide todo lo contrario. Hay que aprender a tener una Iglesia en salida, pero no se puede hacer de cualquier manera. La metodología debe ser la misma que tenía el Señor, y por supuesto debe ser una Iglesia que sepa vivir en la acogida permanente.
Qué Iglesia desea para las Grandes Ciudades?
Los que somos y tenemos conciencia viva de pertenecer a la Iglesia, queremos una Iglesia que salga al encuentro de los hombres, que sale desde el centro que es Jesucristo. Haciendo posible que sea una Iglesia samaritana, y que por tanto, se detiene ante todas las situaciones, personas y grupos e intenta darles vida y la curación que el Señor quiere entregar siempre. Esta es la misión de la Iglesia.
¿Qué visión tiene sobre la diócesis de Barcelona?
La impresión siempre ha sido la de una Iglesia viva, que ha sabido dar respuesta a los diferentes retos que ha tenido. Una Iglesia que sabe estar en las entrañas de la vida y de los hombres y que ha transmitido el Evangelio. Estos parámetros estoy seguro de que van a seguir constantes y que aumentarán en el futuro. Esta misma misión, que la Iglesia Archidiocesana de Barcelona nos debe hacer a los arzobispos de las grandes ciudades, es señal de la vida y el interés de esta Iglesia aquí en Barcelona y de su cardenal.