Mons. Agrelo: «Poner fronteras es oponerse al derecho de los pobres de buscar algo mejor»
Cristianismo y Justicia inaugura un nuevo curso de la mano del arzobispo de Tánger, que ha hecho un análisis crítico sobre las consecuencias humanas de las fronteras

Se inicia octubre y, con él, un nuevo curso de Cristianismo y Justicia. El invitado estrella: Mons. Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, que sorprendió a todos los asistentes con su ponencia «Fronteras contra los pobres: fronteras contra Cristo». El obispo Taltavull, así como Enric Vendrell -director general de Asuntos religiosos- y Mn. Armand Puig, no se quisieron perder este análisis de la crisis migratoria actual y estuvieron tomando nota a lo largo de la charla.
Acompañado en la mesa por González Faus y Jaume Flaquer, Mons. Agrelo hizo una reflexión en la que consiguió abrir los ojos ante la injusticia de las fronteras y animó al compromiso y a la lucha con los hermanos migrantes. «Me hiere, me duele, me molesta, me indigna que desde un gobierno de la nación que sea se presuma de tener una política ideal de fronteras y de haber conseguido unos objetivos que tienen que ver con la impermeabilización de las fronteras», denunció el Arzobispo de Tánger.
¿Qué hacer como cristiano ante las fronteras?
«Los periodistas sois responsables de acabar con esta crisis de refugiados, con su vocabulario y su intención», soltó Mons. Agrelo mientras bajábamos en el ascensor camino hacia la Iglesia del Sagrado Corazón. «Las fronteras me parecen vejatorias» avisaba ya el Arzobispo de Tánger antes de empezar.
Aunque reconoce que las fronteras no deberían ser asunto de la incumbencia de un obispo, la voz de Mons. Agrelo es profundamente crítica con las actuales políticas de migración y control de fronteras: «Estas fronteras que explotan, maltratan y matan a los hijos que Dios me ha confiado para que cuide de ellos me incumbe, así como las soluciones políticas en las que miles y miles de personas son víctimas aunque algunos políticos evoquen el fantasma del nacionalcatolicismo para silenciar palabras que reclaman justicia».
Durante el acto también se han presentado también las líneas de trabajo que este curso marcarán la actividad de Cristianismo y Justicia, centro de estudios promovido por los Jesuitas de Cataluña, que se ocupa del análisis de los problemas sociales y el estudio de una teología comprometida con la justicia, desde la realidad de las personas más vulnerables. Entre la oferta formativa destaca el curso «la Era del desánimo», con el que se intentará dar esperanza ante el riesgo de caer en el pesimismo y la ideología del «no hay nada que hacer».