Mn. Trèmols y Mn. Labori, los dos nuevos diáconos de la Iglesia de Barcelona

En una ceremonia presidida por el Cardenal Sistach, los dos seminaristas fueron revestidos con la estola cruzada y la dalmática bajo la atenta mirada y apoyo de familiares, amigos, formadores y compañeros

La Iglesia archidiocesana de Barcelona ya cuenta con dos nuevos diáconos a su servicio: Mn. Melcior Trèmols, que comenzará su servicio diaconal en la Basílica de la Purísima Concepción, y Mn. Marc Labori, que lo hará en Sant Josep de Badalona. El Cardenal Arzobispo de Barcelona, ​​Dr. Lluís Martínez Sistach, los ordenó diáconos el pasado domingo en la Sagrada Familia, en el contexto del Día de San José, en una celebración a la que asistieron más de cincuenta sacerdotes y diáconos. Mn. Trèmols y Mn. Labori, que están preparándose para ser sacerdotes al servicio de la archidiócesis, contaron con el apoyo de familiares, amigos y feligreses de las parroquias donde sirven, que no quisieron perderse un día tan importante para los nuevos ministros de la Iglesia de Barcelona.

Procesión de San José

Los jóvenes de San José salieron en procesión con la imagen de San José de los Pobres desde la parroquia Santa María de Gracia. Desde allí recorrieron las calles principales hasta llegar a la Sagrada Familia, donde permaneció en el presbiterio durante toda la celebración.

En el inicio de la eucaristía, el Cardenal Sistach destacó que, próximos a la festividad de San José, «esta iglesia fue construida por la Asociación de Devotos de San José y queremos ser fieles a la iniciativa que ha permitido esta belleza».

La vocación, elegida por Dios

En la homilía, el Arzobispo de Barcelona siguió las líneas de su exhortación pastoral ‘Señor, ¿qué mandáis que haga yo?’ con motivo del Día del Seminario e instó a los jóvenes a preguntarse qué quiere Dios de ellos : «Cada chico cristiano debe pensar alguna vez en la vida si Dios lo llama para ser sacerdote, religioso o casado. Escuchando qué quiere Dios de uno mismo y aceptándolo es como somos plenamente felices ya que realizamos en nuestra vida lo que Dios desde toda la eternidad ha pensado para cada uno».

Y puso a Marc Labori y a Melcior Trèmols como ejemplos de personas que siguen su vocación: «Nuestros hermanos Melcior y Marc nos ayudan a considerar nuestra vida como un don de Dios que Él nos concede para que realicemos la vocación que nos da».

Rito de la ordenación

En primer lugar, los que debían ser ordenados manifestaron su compromiso ante el obispo y ante todo el pueblo de Dios de cumplir el ministerio de diácono tal como lo quiere la Iglesia. Luego, Labori y Trèmols prometieron obediencia al obispo. Minutos más tarde, los dos se postraban en el suelo como signo de humildad y oración mientras todos los asistentes invocaban a los santos y santas pidiendo para ellos la gracia de Dios.

El momento central de las ordenaciones fue cuando el obispo les impuso las manos en la cabeza en silencio. Se trata de un gesto de los mismos apóstoles y continuó con la oración de ordenación. Esto son los signos que hacen que los candidatos reciban el don del Espíritu Santo para vivir el ministerio de diáconos. Una vez ordenados, sus compañeros los revistieron con la estola cruzada y la dalmática, para que se vea exteriormente cuál es su ministerio. Como signo del oficio diaconal de proclamar el Evangelio en las celebraciones litúrgicas y de predicar, de palabra y obra, la fe de la Iglesia, el Cardenal Sistach les entregó los libros del Evangelio. Con el beso de paz del obispo se selló la aceptación de los nuevos diáconos como colaboradores suyos.

Finalmente, los otros diáconos presentes saludaron a los nuevos ordenados, acogiéndolos en el orden de los diáconos.

Por el seminario

La colecta de esta misa fue destinada al Seminario Conciliar de Barcelona, ​​para que pueda formar más ministros al servicio de la archidiócesis.

La eucaristía finalizó con unas palabras de los dos nuevos diáconos, que quisieron agradecer al Cardenal, los formadores del seminario, a las comunidades parroquiales y a los familiares, el apoyo que les habían dado en todo momento. El salmo «Servid al Señor con alegría» cantado por Mn. Labori y Mn. Trèmols arrancó una gran ovación que puso punto y final a la celebración.

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...