Mn. Claret: «La Iglesia es una familia de familias»

El delegado de pastoral familiar valora algunos de los aspectos que se están discutiendo en el Sínodo de Obispos sobre la familia y admite que el lenguaje de la Iglesia en este ámbito "debe cambiar para hacerse más comprensible"

Casi se cumple una semana desde que comenzó el Sínodo de Obispos y, aunque es demasiado precipitado extraer conclusiones, ya se pueden apuntar algunas directrices y temáticas que se están tratando. Mn. Claret, delegado de pastoral familiar del Arzobispado de Barcelona, ​​ha aportado su granito de arena al debate abierto y considera que el Sínodo «es evidente que traerá cambios». Sin embargo, no se aventura a decir cuáles serán pero cree que, en todo caso, serán lícitos porque «los padres sinodales son representativos de la Iglesia universal».

Del Sínodo espera que fortalezca la familia, que exprese el gozo que conlleva el núcleo familiar y que ofrezca caminos de esperanza reales a aquellos que quieren estar del todo integrados en la Iglesia, como son los divorciados, los vueltos a casar o los homosexuales.

La familia, la institución más importante de la persona

«Muchas veces se considera la familia como una carga, cuando la familia es precisamente la institución más natural e importante de la persona», remarca Mn. Claret. E incluso añade que «la Iglesia es una familia de familias y la familia, una Iglesia en pequeño, en cierto modo».

Para llegar a las familias en un contexto en que la crisis de valores les afecta, el delegado de pastoral familiar cree que la Iglesia «debe renovar el mensaje y el lenguaje para hacerlo más comprensible, pero no por cambiar su esencia». En cambio, sí que tiene que cambiar «la sintonía, el servicio, la proximidad y ofrecer caminos pastorales, de manera que las familias vean como la Iglesia las protege y las quiere».

La sexualidad, un aspecto más del amor conyugal

A raíz de la intervención de la pareja Pirola, la sexualidad es un tema que se está debatiendo en el Sínodo. Mn. Claret admite que «la sexualidad no es un juego, no es algo banal. Tiene un simbolismo profundo de unidad, de amor, de estabilidad» porque «se manifiesta toda la vida conyugal a través del cuerpo». Según el delegado de pastoral familiar, no se ha de ver la sexualidad como algo negativo sino como parte integrante de la persona.

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