Misión de jóvenes por las calles de Barcelona
«Anunciad a todos el Evangelio» El sábado 10 de abril, víspera del segundo domingo de Pascua, Domingo de la Divina Misericordia, las calles y plazas de Barcelona (concretamente de una parte de la izquierda del Eixample) han vivido una iniciativa pastoral atrevida: la Misión joven en la calle para anunciar la Buena Nueva del Evangelio. [...]
«Anunciad a todos el Evangelio»
El sábado 10 de abril, víspera del segundo domingo de Pascua, Domingo de la Divina Misericordia, las calles y plazas de Barcelona (concretamente de una parte de la izquierda del Eixample) han vivido una iniciativa pastoral atrevida: la Misión joven en la calle para anunciar la Buena Nueva del Evangelio.
Promovido por el espacio joven Notemo (www.notemo.es) y con la colaboración del movimiento francés Anuncio (www.festival-anuncio.fr) y la Comunidad del Cordero de Barcelona (www.communautedelagneau.org), y abrigados por la parroquia de la Virgen de la Medalla Milagrosa (Consell de Cent 110), jóvenes y no tan jóvenes nos reunimos para vivir esta experiencia evangelizadora en el marco de la gran ciudad.
Con un único objetivo: anunciar la buena nueva de la Pascua: Jesús ha resucitado! Como decían los propios jóvenes: «Es hora de anunciar una y otra vez que Dios nos ama».
A partir de las 10 de la mañana los participantes nos congregamos en la parroquia para la oración, la adoración y la formación -gracias a diferentes talleres- que preparaban, ya de semanas antes, la misión joven, alegre y festiva. Después de compartir experiencias y una comida común los jóvenes, de dos en dos, fueron enviados a la misión en la calle: salir a las plazas, como si de nuevos «ágoras» se tratara y dar a conocer la alegría y la vida que brota de la Pascua. Estas parejas de jóvenes recorrieron durante toda la tarde las calles alrededor de la parroquia y, hablando con los transeúntes, fueron captando las distintas actitudes y necesidades ante el repentino anuncio de: Buena Pascua, Dios te ama!. Durante toda la tarde la misión continuó acompañada de la oración (vísperas y rosario) y de la adoración.
A las 20 h el Sr. Cardenal se unió a los actos de la misión con un rato de oración y unos testimonios. Los jóvenes manifestaron su alegría por participar en esta actividad y constataron la necesidad y urgencia de anunciar todo el Evangelio.
El Sr. Cardenal felicitó esta iniciativa, recordando que en el marco del Plan Pastoral diocesano hay un «objetivo -0-: hacer de toda la actividad pastoral de la diócesis una actividad misionera y de anuncio del Señor Resucitado». El Sr. Cardenal alientó a los jóvenes a continuar siempre y en todo momento en esta tarea de anuncio misionero, recordando que «todos los cristianos, clérigos o laicos, jóvenes o mayores, tenemos un primer deber encomendado por el Señor Jesús: anunciar el Evangelio». El Sr. Cardenal aplaudió iniciativas atrevidas como esta que buscan hacer presente el Evangelio en medio de nuestras grandes ciudades y pidió la oración confiada para que en toda la diócesis «se extienda el espíritu misionero».
Ofrecemos la descripción de una de las jóvenes organizadoras:
«Feliz Pascua! ¿Sabes que Jesús ha resucitado? ¡Te invitamos a celebrarlo!»… Es el anuncio explícito del Evangelio tal como Jesús nos lo propone:«Id por todo el mundo y proclamad la buena nueva». Y eso es lo que hicimos una cincuentena larga de jóvenes -y algunos no tan jóvenes- el pasado sábado 10 de abril, en la misión organizada por el Espacio Joven NOTEMO. Los misioneros recorrimos por parejas la demarcación de la parroquia de la Virgen de la Medalla Milagrosa en la izquierda del Eixample. El rector, Mn. Xavier Pagès, envió a los evangelizadores bendiciendonos con el Santísimo Sacramento: «Id por las calles de Barcelona y anunciad el Evangelio, Jesús está con vosotros». Mientras unos missionavamos por el barrio, otros parroquianos y amigos rezaban delante de Jesús Sacramentado. La Comunidad del Cordero y el movimiento francés Anuncio participaron activamente durante todo el día en la misión y ofrecieron también sus testimonios. A las ocho de la tarde, nuestro Cardenal, Mons. Lluís Martínez Sistach, compartió un rato de Adoración, escuchó unos testigos y nos exhortó nuevamente a los jóvenes, animándonos en la tarea evangelizadora y nos agradeció la audacia de proclamar por las calles el amor de Dios. Bien entrada la noche, los misioneros comentábamos las diversas experiencias en las puertas de la iglesia: «¡Han respondido mejor de lo que pensaba!», «¡Todo el mundo pasaba de nosotros», «¡Nos lo han agradecido mucho!», «¡Qué corazón más duro …! ». Y después de los nervios, el miedo y el mal trago iniciales … la alegría de la evangelización. «¡Esto se debe hacer más a menudo» «¿Para la próxima fiesta de la Divina Misericordia repetimos …? ¡O mejor lo hacemos antes!». ¿Los frutos? Sólo Dios lo sabe … En cualquier caso los jóvenes hemos respondido a la invitación de Jesús de anunciar, como María Magdalena, su resurrección!
Mónica García