Misa exequial por Mn. Jordi Moya Ródenas

La basílica de Santa María de Matarò se llenó de familiares, amigos y fieles de las parroquias donde ha servido como ministro de la Iglesia, para despedir a Mn. Jordi Moya Ródenas, presbítero, de 32 años, que murió el día 19 de marzo, solemnidad de San José, advocación tan querida por el difunto. Afectado de [...]

La basílica de Santa María de Matarò se llenó de familiares, amigos y fieles de las parroquias donde ha servido como ministro de la Iglesia, para despedir a Mn. Jordi Moya Ródenas, presbítero, de 32 años, que murió el día 19 de marzo, solemnidad de San José, advocación tan querida por el difunto. Afectado de un derrame cerebral fue internado en el Hospital Clínic de Barcelona donde lo visitó el Cardenal Arzobispo.

Había nacido en Mataró el 22 de abril de 1978. Recibió la ordenación sacerdotal el día 22 de febrero de 2009 en la Catedral Basílica de Barcelona. Fue Diácono Adscrito de la parroquia de Sant Pacià de Barcelona, ​​de Sant Genís de Vilassar de Dalt, de la parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús de Barcelona y del la Mare de Déu del Roser de Barcelona, ​​donde ahora ejercía su ministerio como vicario.

La emotiva eucaristía de despedida fue presidida por el Cardenal Arzobispo de Barcelona, ​​Dr. Lluís Martínez Sistach, siendo los concelebrantes los vicarios episcopales Mn. Joan Galtés, Mn. Jesús Sanz y Mn. Segismund García. También concelebraron Mn. Juan Barat, párroco de Santa María, Mn. Jordi Espí, arcipreste de Matarò y Mn. Joan Costa, párroco de la Mare de Déu del Roser. Más de cien sacerdotes – muchos de ellos jóvenes compañeros de estudio y tareas pastorales de Mn. Jordi – y diáconos se reunieron para rezar por el descanso eterno del joven fallecido miembro del presbiterio diocesano.

El Cardenal en el su homilía agradeció a los familiares de Mn. Jordi el don de su hijo en el sacerdocio hecho la iglesia de Barcelona y les recuerda la paz y la serenidad con que Mn. Jordi había vivido su corta, pero fatal, enfermedad. «Estos días en visitarlo – dijo el Cardenal – lo encontré sereno, conocedor de la gravedad de su afección, pero sabiéndose en manos de Dios y confiando plenamente en el Señor. La Iglesia de Barcelona os agradece de todo corazón la donación que habéis hecho como familia, especialmente a la madre, de su hijo en al presbiterio diocesano. Que Dios os lo pague».

«En este momento en que nos faltan vocaciones – dijo conmovido el Cardenal – no entendemos por que nos tomas, Señor, un sacerdote joven, no lo podemos comprender, pero como nos ha enseñado Mn. Jordi estos días, nosotros también queremos confiar en Ti, y creemos que  nos darás las vocaciones que necesitamos».

«Te agradecemos, Mn. Jordi Moya, tu testimonio de vida y tu trabajo apostólico que has hecho en Vilassar, Barcelona, ​​etc, y todo el bien que has hecho a tantas y tantas personas, de manera especial a la juventud, el bien que conocemos y todo el bien anomia que sólo tú y el buen Dios conoce. Ahora, continúa orando por nosotros y por la Archidiócesis de Barcelona. Que el Cielo estés”.

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