Más de un centenar de agentes de pastoral de toda Cataluña se encuentran para celebrar la primera jornada Interdiocesana de Juventud

El pasado sábado 9 de mayo, más de un centenar de agentes de pastoral de jóvenes se reunieron en el Seminario Conciliar de Barcelona para participar en la primera jornada interdiocesano de juventud

El pasado sábado 9 de mayo, más de un centenar de agentes de pastoral de jóvenes- catequistas, monitores, responsables de la pastoral de las escuelas, entre otros – se reunieron en el Seminario Conciliar de Barcelona para participar en la primera jornada interdiocesano de juventud, que llevaba por nombre «Llamados a algo grande», como dijo el Papa Juan Pablo II. La jornada, donde hubo momentos de oración, de motivación y de compartir en grupo, tuvo un tono familiar y distendido, donde todos los participantes sentirse a gusto.

Como acompañar a los jóvenes de hoy en día
El encuentro se inició con la presentación por parte del director del SIJ y delegado de juventud de Barcelona, ​​Mn. Bruno Bérchez, invitando a todos los asistentes a que aprovecharan la jornada y agradeciéndoles su labor en el día a día. Después de la oración, Luis Plana, delegado de juventud de Urgell, dio paso a la charla principal del día: Cómo acompañar a los jóvenes de hoy en día.

Este tema, que tanto preocupa a los acompañantes de jóvenes, fue enfocado desde la perspectiva del Coach Carlos Andreu, con muchos años de experiencia en motivación de diferentes grupos. El punto de vista de Carlos dio muchos ánimos a los asistentes. Haciendo preguntas que interpelaban directamente a sus vidas, como por ejemplo: «¿Cuales son los dioses que tienes?» Y invitándoles a que «los zombis que tengas búsqueda de vosotros, los ECHA de ahí, mandarlos fuera» .

El decálogo
Más tarde, los delegados de Sant Feliu y Terrassa, Carlos Muñiz y Mn. Xavier Farrés, presentaron el decálogo del buen acompañante, un documento elaborado por todos los delegados pensado para dar pistas a los agentes de pastoral de jóvenes. Fue un momento en que los participantes pudieron afianzar aquello que de alguna manera ya sabían y lo agradecieron.
Según el decálogo, el buen acompañante es aquel que tiene en cuenta la serie de puntos siguiente:

1. Lleva a jesús. Jesús es el horizonte, es el objetivo. Qué jesús le ha cambiado la vida y lo que quiere es ayudar a los jóvenes a que lo descubran.

2. Ora y celebra la fe. Sabe que no depende sólo de él, sino de él. Persona de oración, que confía, que ruega por los jóvenes y que alimenta su fe con los sacramentos. Sabe que no podrá dar lo que no tiene. La eucaristía no es para él un simple cumplimiento.

3. Escucha. Que se interesa por los jóvenes, que observa, que dialoga, que se preocupa por lo que les pasa, y que antes de hablar, escucha mucho al joven.

4. Es paciente. Sabe que el acompañamiento es un proceso que lleva tus tiempos. Que estos tiempos, en realidad, los lleva dios. Busca lo que le conviene al joven en cada momento del proceso.

5. Es un testigo. No se trata de ser perfecto, pero si intentar ser coherente con lo que vive y dice. Y de vivir con alegría la fe que se quiere transmitir.

6. Ama a los jóvenes. Lo que le motiva es el bien de los jóvenes y por eso los ve con ojos de misericordia. Pero al mismo tiempo, es capaz de ver lo que pueden llegar a ser. Tiene esperanza en ellos y confía.

7. Es de nuestro tiempo. Habla y entiende el lenguaje de los jóvenes. Ha sido joven antes y, por tanto, se hace cargo de lo que significa ser joven.

8. Se forma. A nivel de contenidos, para intentar comprender mejor la fe que quiere transmitir; a nivel de metodologías y recursos, para que los jóvenes puedan hacerse su aquello que se les está transmiten.

9. Se sabe enviado. Por una comunidad, por la iglesia. No va por libre, sino que sabe que tiene una misión dada por una comunidad parroquial y diocesana.

10. Propicia experiencias. Hace todo lo posible para que jóvenes hagan experiencia de fe; esto significa acompañarlos a vivir experiencias y hacer un seguimiento.

El momento de compartir
Finalizada la presentación del decálogo, llegó el momento de compartir. Haciendo un vermut, los asistentes se reunieron en el claustro del Seminario para compartir de una manera distendida lo que les había llamado más la atención de las dos presentaciones.

Por la tarde los asistentes se dividieron en diferentes grupos donde podían escuchar el testimonio de un acompañante en alguna realidad del mundo social actual: un director de esparcimiento, un profesor de educación física, un empresario o una formadora de monitores, entre otros. Posteriormente, los delegados hicieron una pequeña introducción de cómo Jesús acompañaba, en este caso, a Pedro.

Después de haber hecho una recopilación de las opiniones de los participantes, se celebró la Eucaristía presidida por el Obispo Francisco Pardo, obispo responsable de la pastoral de juventud de Cataluña y Baleares y obispo de Girona, y se concluyó la jornada con ganas de poder repetir la experiencia el próximo año.

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