M. Encarnació Colomina, camino de los altares
El Cardenal Sistach presidió la apertura diocesana de la causa de canonización de la cofundadora de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret

Se abre, en la Iglesia de Barcelona, ​​una nueva causa de canonización: la de M. Encarnación Colomina, cofundadora de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia. Aunque hasta ahora la advocación de la Sagrada Familia estaba ligada a san José Manyanet, ahora es el momento de conocer y reconocer a la religiosa quien, asumiendo su carisma, hizo posible que la obra manyanetiana fuera enriquecida por el «genio femenino», como dice el Francisco.
El Cardenal Sistach fue el encargado de presidir esta sesión de apertura diocesana de la causa de canonización en el Salón del Trono, después de haber obtenido el nihil obstat de la Congregación para las Causas de los Santos. También estuvo presente el tribunal que llevará esta causa: el juez delegado, P. Ramon Domènech, ofm; el promotor de justicia, P. Vicente Benedito, op; la notaria, Chiara Rostagno, y el postulador de la causa, P. José María Blanquet, sf.
Infancia y vocación religiosa de M. Encarnación
Manuela Colomina y Agustín (1848-1916) nació el 24 de diciembre de 1848 en Os de Balaguer (Noguera, Lleida) y fue bautizada al día siguiente, el día de Navidad. La fe vivida en la familia y en la parroquia favorecerá en ella el deseo de consagrarse a Dios. Después de un intento de vida religiosa en las Concepcionistas de Tremp, que tiene que abandonar por motivos de salud, y guiada por san José Manyanet, en 1877 ingresa al Instituto que él había fundado en 1874, las Hijas de la Sagrada Familia. Al comenzar el noviciado en Horta (Barcelona) recibió el nombre de María Encarnación; hizo su profesión religiosa el 23 de abril de 1879; al poco tiempo fue nombrada superiora de la Casa Noviciado.
Fidelidad al carisma
La reforma que vivió el Instituto en 1880 supuso unos cambios que la alejaban del carisma de san José Manyanet. Un grupo de mujeres fieles a él se reunió en Barcelona bajo la guía de la Sierva de Dios, y después de doce años de espera obtuvieron la aprobación del Instituto restaurado con el nombre de Hijas de la Santa Casa de Nazaret.
Cofundadora
En 1894 fundan en Aiguafreda, y M. Encarnación será la superior y maestra de novicias de esta casa, cuna de la restauración del Instituto. En 1898 asumió la fundación del colegio Virgen de los Ángeles (La Sagrera-Barcelona). Mientras, se abren el colegio San José, de Barcelona, ​​y la escuela parroquial de Sant Joan de Vilatorrada. El Fundador le confió la dirección del Instituto, que ella condujo con prudencia y responsabilidad hasta 1905.
Últimos años y muerte
A partir de entonces la Sierva de Dios vivirá en las comunidades de San José y del colegio Virgen de los Ángeles dedicada a la oración, dando testimonio de caridad y contemplando y haciendo vida las virtudes de Nazaret.
El 24 de noviembre de 1916, durante la celebración de la eucaristía, sufre un ataque de apoplejía; su situación va empeorando, y muere en olor de santidad en la madrugada del 27 de noviembre de 1916.