Los sin techo, una mirada para los jóvenes

La Delegación de Juventud organiza talleres para los chicos y chicas de ESO con el objetivo de conocer la realidad de la indigencia

Realmente los jóvenes conocen la realidad de los sin techo? La Delegación de Juventud se ha propuesto acercar a los chicos y chicas de la ESO hacia este hecho que se encuentra hoy día en las calles de la ciudad. Después del éxito que tuvo el año pasado, vuelven al claustro de Santa Ana estas mañanas dedicadas a las escuelas de Barcelona, ​​interesadas en hacer reflexionar a los alumnos de una manera entretenida y desde un testigo directo.

Necesidades olvidadas

En esta primera tanda han asistido los alumnos del Colegio Montserrat, que han comenzado con una actividad dirigida por el grupo de animadores Animanova.

Divididos en diferentes grupos tenían que averiguar las necesidades que puede tener un sin techo con preguntas y respuestas de sí o no. Dinero? Comer? Hasta dar con la respuesta correcta, como cosas que pueden parecer muy simples de entrada como un amigo, un abrigo o tan esenciales como un trabajo. En resumen, Una manera diferente de reflexionar sobre la indigencia, pensando en què es lo primordial cuando uno se encuentra solo entre las calles de la ciudad.

Testimonio de un sin techo

Para entender aún mejor esta realidad, menos lejana de lo que puede parecer, ha sido fundamental la intervención de Jaume Vives. Ha sido el segundo plato de la actividad, la explicación de este joven estudiante de periodista y escritor, que con un lenguaje cercano y llano, explicó su experiencia de ocho días viviendo y durmiendo en la calle, plasmada en su libro Pobres, pobres: 8 días viviendo en la calle.

Con los ojos bien abiertos, los jóvenes han escuchado su relato, descubriendo necesidades tan desconocidas que se pueden tener cuando uno vive en la calle, todas aprendidas de su convivencia con los sin techo, con quien estuvo durante aquellos ocho días. Algunas cosas como tan básicas, como saber de qué manera decantarse por un lugar donde dormir en la calle, como entender que a veces no todo es el dinero, o bien, que a pesar de tener comida a tu alcance, no siempre se puede acceder a comidas tan básicas y predilectas como un plato de pasta.

Un testimonio que pretendía mostrar a los jóvenes que no estamos tan alejados del sin techo y que la única diferencia que nos separa es que nosotros seguimos normas de comportamiento social, pero que el «vacío interior» puede encontrarse tanto en la calle como dentro de un hogar.

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