Los sin techo son tan diferentes a nosotros?
La Delegación de Juventud organizó un encuentro con 170 alumnos de ESO y Bachillerato que fue toda una experiencia para despertar y descubrir la fe

La Delegación de Juventud organiza algunas mañanas entre alumnos de ESO y Bachillerato una experiencia que quiere despertarles la fe. En esta ocasión, 170 chicos y chicas pudieron vivir y aprender este jueves en el claustro de Santa Ana una mirada diferente de un fenómeno que desgraciadamente cada día crece más en nuestra sociedad: los sin techo.
Alumnos del Colegio San Miquel, del Colegio de Santa María de los Apóstoles y de la Escuela de Aprendices de Sant Genís dels Agudells, iniciaron la jornada con una actividad dirigida por el grupo de animadores Animanova, que a partir de diferentes fotografías que representaban diferentes necesidades como la comida o el dinero, los grupos de jóvenes reflexionaron sobre una realidad mucho menos lejana de lo que parece.
«Muchas veces pensamos en los problemas que tenemos nosotros, pero no vemos más allá, ni no nos damos cuenta de que podemos ayudar a alguien dándole un abrazo, un trozo de bocadillo o ofreciéndole una sonrisa», apunta Héctor, miembro del grupo de animadores.
Jaume Vives, 8 días con los sin techo
Uno de los momentos que más disfrutaron los jóvenes fue durante el testimonio del periodista y escritor Jaume Vives, que con un lenguaje cercano y llano, explicó la experiencia que vivió durante ocho días con los sin techo. «Una ducha de agua caliente, la valoré. Poderme tumbar en la cama, lo valoré. Salir de casa e ir con un amiga en el bar a tomar un café, otro regalo. Esto que tenemos por un hecho normal es un regalo inmenso «, aseguró.
El mensaje que Jaume quiso transmitir a los chicos y chicas es muy claro. «Hay dos ideas que me gusta que queden claras. La primera es que cualquier iniciativa pública, privada, del tipo que sea, que no pase por el trato del tú a tú, es inútil. Y por otro lado observamos los sin techo como un mueble, como alguien que se lo ha merecido. Pero realmente la única diferencia que nos separa es que nosotros seguimos normas de comportamiento social. El problema de fondo es el mismo, el vacío interior «, remarcó
Para los jóvenes fue una experiencia diferente, que les sirvió para sensibilizarse mucho más ante esta problemática. Una mañana de diversión, reflexión e implicación social que servirá para que los más jóvenes adquieran una visión mucho más amplia y solidaria ante los problemas de la gente.