Los pobres, víctimas del deterioro ambiental
Mn. Peio Sánchez, profesor de antropología teológica, da las claves para entender la nueva encíclica del Papa Francisco, 'Laudato Si'

La misma creación que sufre la explotación es la nueva pobreza que gime con dolores de parto. La destrucción de la naturaleza implica una relación de saqueo. Véase el agotamiento de los recursos naturales, los riesgos destructivos del fracking (fracturación hidráulica para obtener gas natural) o la extensión desbordante a toda la población mundial del consumo desmedido.
En esta situación, las víctimas primeras de la crisis ecológica y del cambio climático serán nuevamente los pobres. En este sentido la denuncia de la encíclica del Papa Francisco de una manera muy clara, que confirma su denuncia, su preocupación por la justicia social y por la superación de lo que se llama cultura del descarte. Por ejemplo, la forzada pobreza de las poblaciones indígenas que viven de los recursos naturales.
La ecología tiene una clara e intrínseca dimensión social. En este sentido, afrontar el cambio climático significa abordar conjuntamente el abismo de desigualdad que pone en riesgo el derecho a la vida de muchas personas degradando el trabajo, la vivienda, la salud o la seguridad.
Una de las aportaciones más remarcadas de la encíclica es la afirmación de que la ecología debe ir de la mano de la justicia, porque ambas han de ser protagonistas en la restauración de la vida.