Los jesuitas entregan a la Defensora del Pueblo un informe sobre la situación en Nador y Melilla

Una comisión del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM-E) visitó a la Defensora del Pueblo y le entregó el informe "Vidas en la Frontera Sur: Migrantes forzosos y refugiados en Marruecos y acceso a territorio español"

Los viajes se han realizado en la zona fronteriza entre Marruecos y España, concretamente en Nador y Melilla, acompañados por la Delegación Diocesana de Migraciones de Tánger (Nador).

Representando al SJM-España asistieron al encuentro con la Defensora del Pueblo, su director Miguel González y la abogada Cristina Manzanedo. Los acompañó el P. José Luis Pinilla SJ, director del Secretariado para las Migraciones de la Conferencia Episcopal Española.

Condiciones de vida de las personas «en tránsito» en Marruecos

El informe presentado alerta del «incremento de personas» encalladas «en Marruecos durante un largo periodo de tiempo, que puede prolongarse hasta un año o dos. El texto señala que «esta situación ha creado también dinámicas complicadas, tanto para los migrantes como para la población local que los acoge, en una situación en la que Marruecos deja de ser un país de tránsito, para convertirse en un lugar de larga estancia».

Después de su viaje, los miembros del SJM-España y JRS-Europa dicen sentirse «impactados» por las «durísimas condiciones de vida de la población migrante y refugiada en tránsito o bloqueada en Marruecos como efecto de las políticas españolas y europeas de control migratorio «y señalan que «las adversidades y los riesgos a los que se enfrentan extrañamente se tienen en cuenta a la hora de diseñar políticas que les afectan directamente».

Especialmente duras son las condiciones de vida en los asentamientos de Nador, el Bosque Gurugú y las montañas de Selouane, donde los migrantes se instalan mientras intentan reunir dinero o buscar una nueva oportunidad para saltar la valla. El informe relata los problemas alimentarios y sanitarios, la vulnerabilidad de las víctimas de las redes de tráfico de mujeres y el acoso de las fuerzas auxiliares marroquíes.

A pesar de las reformas migratorias aprobadas por Marruecos, persiste una política de seguridad basada en la represión de cualquier intento de salida irregular. «Los migrantes detenidos en su intento de pasar a Ceuta o Melilla ya no son abandonados en el desierto ni se les expulsa a Argelia por Uxda, pero se les aleja de la frontera conduciendo a Rabat, donde se les deja libres, habitualmente en la estación de autobuses, pero sin recursos ni asistencia», desbordando a las organizaciones humanitarias y generando tensiones entre las comunidades locales de inmigrantes y los recién llegados.

Sobreocupación del CETI de Melilla

En su paso por Melilla, el SJM-España visitó el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y agradece a su director la posibilidad de la visita y «la transparencia con la que nos informó». Se formaron una idea de la sobreocupación del centro: si en marzo había 1.200 personas acogidas en un centro con capacidad para 480, el mes de julio ya había unas 1.600, entre ellas 415 menores que, si no son trasladados a la península, deberán ser escolarizados en Melilla.

En su informe valoran que «el CETI carece de la infraestructura, instalaciones y equipamiento mínimos para la población que acoge. Es evidente la situación de saturación y hacinamiento. Nos resulta incomprensible por qué el Ministerio del Interior no traslada a personas a la península para aliviar la situación del CETI, al menos aquellas personas necesitadas de protección».

Pero destacan como positivo que «a pesar de la sobreocupación y las deficiencias percibidas, las asociaciones locales describen la estancia en el CETI como buena». Los migrantes reciben mantas, comida y atención médica, y pueden circular libremente por la ciudad durante el día. Además, a las ONG españolas se les permite proveer diversos servicios.

Más allá del CETI, señalan también la preocupación por el aumento del número de los menores no acompañados en Melilla.

Control fronterizo

Después de su viaje, el SJM-España y el SJR-Europa valoran que nuestro sistema fronterizo «está violando la normativa española, europea e internacional vigente.» Además, «las prácticas que se están llevando a cabo por parte de los cuerpos de seguridad españoles y marroquíes ponen en grave peligro la vida y la integridad física de las personas que intentan acceder a la Unión Europea. Estas vulneraciones afectan tanto a personas que intentan acceder a la Unión huyendo de la pobreza y buscando un futuro, como aquellas necesitadas de protección internacional por diversos motivos».

Según las conclusiones del informe «el control migratorio no puede ejercitarse a cualquier costo, es evidente que tiene que haber unas líneas rojas, unos límites que señalan lo que es moralmente inaceptable. La situación actual en la Frontera Sur hispano-marroquí nos sitúa en estas líneas rojas moralmente inaceptables. Y, por tanto, el SJM-España expresa su rechazo a las llamadas «expulsiones en caliente» y del «concepto operativo de frontera».

EL SJM y el SJR han sido testigos de los peligro que conlleva hoy el salto de la valla, y que es una de las vías que genera más preocupación entre las organizaciones humanitarias, ya que está causando graves lesiones a las personas que intentan llevarlo a cabo. En su informe describen como la Delegación Diocesana de Migraciones de Tánger dedica grandes esfuerzos a la ayuda a los heridos en el intento de saltar la valla, llevándolos al hospital con heridas en el cráneo, lesiones en la columna vertebral, huesos fracturados y, durante los trágicos sucesos de la playa de Tarajal (Ceuta) el 6 de febrero de 2014, «ojos desencajados perdidos por el impacto de las pelotas de goma».

Sobre estos sucesos, el SJM-España ya presentó una queja al Defensor del Pueblo el pasado 9 de abril de 2014 por las expulsiones colectivas y sumarias con las que España está volviendo a Marruecos las personas que cruzan la valla o entran por mar en Ceuta y Melilla. Y con fecha 24 de abril de 2014, JRS-Europa, SJM-España y otras organizaciones de la sociedad española han solicitado a la Comisión Europea que investigue en profundidad los hechos mencionados y, si procede, abre un procedimiento de infracción contra España.

Sin embargo, el informe constata como «la gente sigue arriesgando sus vidas, aún conociendo los riesgos y costes del viaje hasta Marruecos, cruzar el mar y las vallas hacia Europa y el elevado número de personas que pierden su vida intentándolo». La migración les compensa ante la imposibilidad de sacar adelante a su familia en el país de origen, por la falta de futuro allí o por la imposibilidad de retorno por los conflictos que existen.

Piden buscar soluciones a largo plazo y respetar los derechos de las personas migrantes. La responsabilidad debe recaer en la comunidad internacional y no se debe jugar a transferir responsabilidades a países concretos según su ubicación geográfica en las rutas migratorias.

Durante la visita en la que se entregó este informe a la Defensora del Pueblo se habló también de la situación similar que existe en Ceuta y se le hizo llegar de parte del Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones varios informes al respecto.

  • Ampliación de información:

Documento «Vidas en la Frontera Sur: Migrantes forzosos y Refugiados en Marruecos y acceso a territorio español» [descargar pdf]

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