Los detalles marcan la diferencia

El coro de la Catedral de Barcelona está formado por múltiples misericordias y medallones. Todos son diferentes y muestran alegorías, costumbres, juegos y bailes de la Barcelona del siglo XIV

110 asientos componen el coro de la Catedral de Barcelona, cada uno con una misericordia y dos medallones a ambos lados realizados por el escultor Ç’Anglada a finales del siglo XIV. Los detalles de estas sillas -llamadas misericordias- hacen del centro del templo uno de los lugares más interesantes ya que muestran historias, costumbres y bailes típicos de la Barcelona de aquella época. Las misericordias son exactamente asientos supletorios en forma de capitel o ménsula que sirven para que los asistentes al coro estén sentados pero que, al mismo tiempo, puedan estar de pie durante la lectura del Evangelio. Los constructores de estas sillas tenían «misericordia» o compasión de los canónigos, que se pasaban muchas horas de pie escuchando el Evangelio, y de ahí proviene el nombre de «misericordia».

Asiento ad vitam

Los sacerdotes de la diócesis no tienen un asiento asignado dentro del coro. Sólo aquellos que son canónigos de la Catedral -así como el obispo de la sede- tienen un lugar permanente. Así, el Dr. Martí Bonet ha pasado por tres misericordias diferentes: la primera, la del juego de ping-pong, donde dos jóvenes juegan con la pelota en el suelo y el hacha en la mano libre; la segunda, los jóvenes del puerto que cargan mercancías; y por último, y donde se sienta actualmente, es la escena del hockey en el que se divisan dos jugadores con sus bastones que se pasan la pelota. Esta misericordia fue fotografiada para promocionar los Juegos Olímpicos de 1992.

Medallones desconocidos

A ambos lados de cada asiento, justo al final de donde queda repuesto el brazo, sorprenden dos medallones. En total, hay 218 y cada uno de ellos representa un personaje o una figura en alusión a la historia de la Barcelona del siglo XIV. Destacan el medallón que quiere significar el rostro de Cristo o la del monje o fraile que se representa antes de la confesión, triste, y una vez confesado, alegre y risueño. Todos ellos parece como si salieran de los lados de los asientos para participar en la oración y en los cantos que se hacen en el coro de la Catedral.

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