«Los beatos mártires de la Federación de Cristianos de Cataluña son un testimonio que debemos tener presente»
La biblioteca de la FCC se convirtió durante una hora en una capilla para celebrar la Eucaristía por los beatos mártires de la entidad, presidida por su consiliario, Mn. Joan Costa

Dar la vida por Jesús
La sede de la Federación de Cristianos de Cataluña (FCC) acogió, en un ambiente distendido, festivo y a la vez con responsabilidad, la fiesta de los beatos mártires de la Federación de Cristianos de Cataluña (FCC). Los beatos mártires son: Francesc Castelló i Aleu, Josep Colom Alsina, Josep Guardiet Pujol, Antoni Llauradó Parisi, Dalmaci Llebaria Torné, Sebastià Llorens Telarroja, Antoni Nogués Martí, Francesc Xavier Ponsa, Josep Samso Elias i Joan Rofes. Todos murieron asesinados en 1936 y fueron beatificados en diferentes fechas. La Iglesia ha fijado días diferentes para conmemorar sus memorias litúrgicas, pero la Junta directiva de la FCC ha propuesto que, a partir de este año, se honre conjuntamente, cada julio, la memoria de los mártires beatos.
El consiliario de la FCC y responsable de presidir la misa, Mn. Joan Costa, recordó que «en el prólogo del Martirologio, el cardenal Jubany afirmó que había una especie de vocación martirial en aquellos militantes de la FJC. El beato Pere Tarrés se lo decía claramente en uno de sus escritos. «La persecución, las penalidades y las luchas son el pan de los fuertes, la garantía segura de madurez y plenitud. Los hombres, como las organizaciones, se templan y se superan con las contradicciones. desdichados de nosotros de no ser así! Desgraciada la Federación que para vivir necesitara de masa atenciones y miramientos!».
El amor a la Iglesia y en Cataluña, los dos pilares básicos de los mártires de la FCC
Durante la homilía, Mn. Costa explicó que «la Iglesia propone el ejemplo de muchos santos y santas que predicaron y defendieron hasta el martirio la verdad moral y que prefirieron incluso la muerte antes que un solo pecado mortal. A raíz de la lectura del martirio de Eleazar en el segundo libro de los Macabeos remarcó que el martirio es un signo de la santidad de la Iglesia: la fidelidad a la santa ley de Dios, que la muerte de aquel maestro de la ley atestigua, es un anuncio manifiesto y un deber misionero hasta la sangre. Los Mártires y, en general, todos los Santos en la Iglesia, con el elocuente y encantador ejemplo de una vida totalmente iluminada por el esplendor de la verdad moral, resplandecen en cualquier época de la historia, excitando su sentido moral».
Finalmente, Mn. Costa recordó las palabras que el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, dirigió a todos los asistentes en la beatificación de los mártires de la guerra civil celebrada en occtubre de 2013. «El martirio es un signo significativo que adquiere un sentido grande y es siempre una interpelación, tanto para los creyentes como para los que no lo son, así como para todos los hombres y mujeres que buscan al Dios vivo». «Muchas veces asimilamos ‘mártires’ a los mártires cristianos de los tres primeros siglos, los que fueron asesinados por sus convicciones religiosas. En cambio, ha habido más mártires cristianos en el siglo XX que en el conjunto de los diecinueve siglos anteriores. Debemos recordar que en nuestro siglo XXI continúan las persecuciones religiosas, y que la mayoría de ellas tienen los cristianos como víctimas.
Al finalizar la Eucaristía, el presidente de la FCC, Antoni Comas, dirigió unas palabras a todos los asistentes para remarcar que el acto que se celebraba tenía como objetivo hacer presente el testimonio de los beatos mártires de la Federación que hicieron del amor a la Iglesia y a Cataluña los dos pilares básicos de su vida. Esta celebración ha quedado instituida anualmente.